Habla de su primer álbum solista, de sus expectativas y deseos, el legado familiar y de cómo era la gran artista tucumana en la intimidad
- 6 minutos de lectura'
Es música desde que tiene conciencia. Nieta de dos próceres del cancionero popular argentino como Mercedes Sosa y Oscar Matus, Araceli Matus (46) se inició en los estudios de piano casi al mismo tiempo que aprendió a leer y escribir (tiene marcada a fuego en la memoria la primera vez que entró a un estudio a grabar una canción de la mano de su abuela). Y aunque su camino profesional empezó como musicoterapeuta, el año pasado editó su primer disco solista, Matuseándose, que le valió el premio Gardel en el rubro Mejor Nuevo Artista. Dueña de una voz dulce y suave, tiene un estilo intimista que se lleva bien con su repertorio, enfocado en la música latinoamericana, especialmente en el cancionero brasileño y en los arreglos en tempo de jazz. Decidida a experimentar con la música, Araceli es una artista de mente abierta, que se apoya en lo más lúdico de su aprendizaje y disfruta con cada canción. De todo eso y del legado de Mercedes Sosa habló con ¡HOLA! Argentina.
–¿Por qué el nombre Matuseándose para tu primer disco?
–Primero, porque el disco Matuseando de mi abuelo para mí es la gloria total. Pero yo no le podía poner Matuseando al mío porque mis tías me matan. Además, suelo usar mucho el “matusear” como verbo, lo hacíamos con mi papá cuando queríamos decir que andábamos en algo que podía generar problemas, que no era lo que se esperaba. Y segundo, porque le dedico muchas horas por día al Sosa, y yo no soy Sosa, soy Matus. Así que necesitaba reafirmar un poco eso.
–¿Sos más Matus que Sosa querés decir?
–No, yo no soy Sosa, soy Matus Ferreira, porque mi papá es Matus y mi mamá, Ferreira [su papá era Fabián Matus, murió en 2019, y su mamá es Haydée Ferreira]. Entonces, como es mucho el tiempo que dedico a lo que tiene que ver con el legado de Mercedes Sosa, que obviamente es una decisión que he tomado, al momento de hacer mi disco solista dije: “Yo soy Matus”.
–¿La figura de tu abuela es un peso o un estímulo?
–No, para nada es un peso; a mí me pesa la gente, mi abuela no. Mis abuelos no me pesan: yo tuve dos abuelos que son la maravilla. Y aunque a Oscar Matus lo vi una sola vez en mi vida, en 1986, siempre tuve su música. Además, mi abuela me entrenaba en eso, en escuchar su música y entenderla.
–En el disco hay canciones tuyas. ¿Desde cuándo componés?
–No, yo no sé componer, pero como mi primera profe de piano fue Pichona Sujatovich, que hacía mucho hincapié en el juego, en la improvisación, para mí la música siempre es eso. Recién hace dos años que estoy haciendo el ejercicio de la composición de canciones: voy al taller de mi amigo de toda la vida, Lucio Mantel, y lo disfruto mucho.
–Casi no hay folclore en tu repertorio. ¿Por qué?
–Hace muchos años, mi tía, Teresa Parodi, medio que se ofendió porque yo no hago folclore. Pero ¿por qué tengo que hacer folclore si la mitad de la familia lo hace? Aunque en el disco sí me saqué las ganas de cantar la zamba que más me gusta de mi abuelo desde que yo era muy chica, “Mi canto es distancia”. Ojo, a mí me encanta el folclore, me hace bien al corazón. Pero prefiero tocar y cantar otros ritmos.
–Estar al frente de la fundación Mercedes Sosa debe ser una gran responsabilidad. ¿Cómo lo vivís?
–No creo que sea una responsabilidad, porque yo estoy muy orgullosa de mi abuela. Pero sí me genera un nivel de estrés y de amargura que me está haciendo mal. Es una tarea que puede ser muy ingrata por momentos. Pensaba disolverla y ahora estoy buscando la forma de transformarla en algo que no termine con mi vida. Después veré con mi psicoanalista qué hago con el mandato familiar. Pero realmente sufro mucho por algo que no puedo resolver, que es manejar el legado de Mercedes Sosa como artista. Eso era algo más de mi papá.
–¿Cómo era ella como abuela?
–Cuando Mercedes volvió al país, en 1981, yo tenía 4 años, así que a mí ya me tocó muy famosa, por lo que me perdí algunas cosas, como que me cocinara, por ejemplo. Pero como era una abuela muy joven (cuando nací tenía 41 años), nuestra relación siempre fue cercana, de mucha complicidad y entendimiento. Ella me decía que yo era su muñequita.
–De adulta no grabaste con Mercedes. ¿Por qué?
–Porque yo no quise. Por boba, porque siempre tuve mucha necesidad de mi abuela. No de Mercedes Sosa el mito, sino de mi abuela. La primera vez que viajé a Madrid a verla, cuando ella vivía allá, yo tenía 10 años, y pensé: “Buenísimo, voy a tener a mi abuela para mí”. El primer día salimos a la calle y fue lo mismo que acá, una locura, la gente se acercaba todo el tiempo… ¡Me dio una angustia! Porque, además, no sé si se puede entender, pero lo que vos querés con tu abuela es tiempo, intimidad, la querés para vos. Y creo que le dije que no a grabar juntas porque yo quería a mi abuela. No estuve bien, ahora me arrepiento, pero ya está, ¿qué voy a hacer?
–¿Qué aprendiste de Mercedes musicalmente?
–Todo. Tengo un vínculo primario muy fuerte que para mí eran mi mamá, mi papá y mi abuela. Y los tres supermusicales. Por eso yo soy esto. Toda nuestra vida pasa por la música. Mi mamá no se dedica a la música profesionalmente, pero era pianista. Y yo aprendí todo de ellos tres.
–Era imposible que fueras abogada. [Risas].
–Totalmente. Una sola vez quise hacer algo que no estaba relacionado con la música: tenía un novio que estudiaba historia y yo también quería estudiar historia. Fue la única vez en mi vida que mi papá me dijo: “No”. Me dijo: “No, porque vos querés estudiar historia porque tu novio estudia historia”. Y no, yo quería porque me gusta la historia.
–¿Estás en pareja?
–No estoy en pareja.
–¿Te gustaría enamorarte?
–Tuve la suerte de enamorarme y ser feliz durante quince años. Y no me arrepiento, me parece algo increíble, aunque después me rompieron el corazón. Hay gente que tiene claro que no va a volver a enamorarse, yo no. No sé: para mí eso sucede o no sucede, no importa si lo buscás o no. A mí me gusta la música, y me pasa todo por ahí. Para mí la música es tan fuerte como el amor, como el sexo…
–¿Tenés planes para editar un segundo disco?
–Sí, lo tengo hace un año en la cabeza, pero no tengo plata. Pero ya va a salir, esas cosas tienen su tiempo de maduración. De hecho, yo había grabado antes, pero nunca un disco mío. Y creo que lo distinto con el disco fue que, por primera vez, tuve la necesidad de que sólo estuviera mi nombre. Antes nunca la había sentido.
Producción: Paola Reyes Peinado y maquillaje: Joaquina Espíndola Agradecimientos: Innocenti (@innocenti.arg).
Otras noticias de Revista ¡HOLA!
Cumplió 90 años. Mónica Cahen D’Anvers habla de su vida sin César Mascetti: “No extraño nada más que al Tata”
Betina O’Connell. Su época en Montaña rusa, por qué se alejó de la TV y su hija mayor, que también quiere ser actriz
Tiene 86 años. Es actriz y directora, madre de una famosísima modelo y asegura: “Trabajo mucho sobre mí misma para estar bien”
Más leídas de Revista ¡HOLA!
Milagros Maylin. En su departamento de Palermo Chico, habla de su amor con Horacio Rodríguez Larreta: “Es el hombre de mi vida”
En fotos. El divorcio de Chiara Ferragni, los fabulosos looks de Jennifer Lopez y la “mimetización” de Bradley Cooper con su novia
Amores de primavera. De Emilia Attias a Poroto Cambiaso, los romances que salieron a la pista
Las mejores fotos. La romántica boda de Milagros Blaquier y Máximo Diez: todos los invitados, los looks y los detalles