En una producción exclusiva, habla de su presente en soledad, sus hijos, su ex Diego Simeone y del mundo de las botineras
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Pone cierta distancia. No de esas distancias frías, imposibles de disipar, pero observa de lejos. Hay algo en ella que atrae, se mueve despacio, con un andar sensual y una mirada intrigante. Pero bastan unos pocos minutos para que Carolina Baldini (47) baje la guardia y se muestre cálida y divertida. “Yo sé que me ven distante, pero nada que ver. En algún momento, me armé un caparazón y me metí muy adentro, quizás por eso doy esa imagen”, asegura la ex modelo y ex mujer de Diego Simeone (51), de quien se separó en 2009 y se divorciaron unos años después (durante su matrimonio vivieron en Italia y España debido a la carrera futbolística de él) y con quien tuvo tres hijos, Giovanni (26), Gianluca (23) y Giuliano (18). En la intimidad de su casa, en un barrio privado de Tigre, Carolina encuentra el lugar perfecto para hablar con ¡HOLA! Argentina de su presente y de su vida privada como hacía mucho tiempo no se animaba.
–Si tuvieras que presentarte, ¿qué dirías de vos?
–Soy una mujer divertida, positiva, generosa, una supermamá –de lo que me siento muy orgullosa, nunca me voy a arrepentir de haberme dedicado ciento por ciento a mi familia–, amiga de mis amigas… Soy impulsiva y a veces, un poco orgullosa. Tengo una frase de cabecera, con la que crie a mis hijos, que es “Nunca te olvides de dónde venís”. Yo no nací en una cuna de oro –mis hijos, sí–, y siempre les inculqué que fueran humildes.
–¿Cómo fue tu infancia?
–Vivíamos en una casa muy chica, mi papá era taxista y me acuerdo que hasta que no juntaba toda la plata del día, no volvía. Capaz se pasaba 24 horas fuera de casa y más de una vez, encontré a mi vieja llorando a la madrugada porque él no había vuelto y tenía miedo de que le hubiera pasado algo. Ellos me educaron en la unión familiar y en la importancia de tirar siempre para el mismo lado y yo lo hice con mi propia familia.
–¿Cómo fue para vos el cambio de vida cuando te casaste con Diego Simeone?
–Nunca perdí el eje a pesar de estar en una muy buena posición económica y disfrutar del dinero que Diego ganaba en buena ley. Igualmente, cuando yo empecé con él no era lo que es ahora. Nosotros nos conocimos cuando el pasó del Pisa al Sevilla, donde estaba Maradona, y éramos un equipo.
–¿Por qué decidiste bajar tu perfil casi al punto de que no se supiera nada de vos por años?
–Me sentí muy expuesta en un momento y decidí bajar el perfil por mis hijos. ¡Y gané en libertad y en tranquilidad! Cuando estuve en el “Bailando…” (2008) tuve una alta exposición y la sufrí. Ese programa disparó otras cosas y entré como un hámster en su rueda hasta que dije “stop” y chau. No hice más nada.
–¿Cuánto hace que no das una nota?
–Once o doce años que no hago una nota como esta.
–¿Cómo es un día en tu vida hoy?
–Durante la cuarentena, que me pegó mal porque me agarró sola en casa y sin poder ver a mis hijos durante ocho meses, lloré, medité, no me saqué el pijama por días, pero como de todo caos siempre sale algo bueno, empecé a cranear un proyecto de moda con una amiga, Julieta. Y ahora estamos por sacar una línea de jeans, BAD (Buenos Aires Denim). Es una gran apuesta. Así que estoy muy dedicada a eso.
–¿Estás en pareja?
–Estuve de novia, pero ahora estoy sola. Me gustaría estar en pareja, pero transitamos tiempos difíciles. Los hombres están desordenados, las mujeres están desordenadas y yo vengo de la vieja escuela. Estar en pareja para mí, además del buen sexo, es divertirse, compartir, tener humor…
–¿Dónde conocés a alguien?
–Alguno que otro me escribe por Instagram, pero no creo en las redes sociales para conocer a alguien. Tampoco me metería en una aplicación de citas: eso de elegir gente tipo catálogo no me va. Prefiero que sea el destino quien me traiga un amor, que me lo presente alguien o cruzármelo por la calle.
–¿Qué te conquista de un hombre? ¿Saldrías con alguien más joven que vos?
–No, no saldría con alguien mucho más chico que yo. Me atrae el hombre sincero, deportista, que le guste viajar y tenga sentido del humor. Yo creo en la vida en pareja, pero muchos le escapan al compromiso real y a la primera pelea, listo, chau. Para mí es fundamental la comunicación, el diálogo y evitar la rutina. Soy cero rutinaria.
–¿Convivirías? ¿Te volverías a casar?
–Convivencia, no. ¿Casamiento? Si aparece alguien con todos los patitos en fila, quizás en una playa y debajo de una palmera, una ceremonia para celebrar el amor podría ser.
–¿Cómo fue encontrarte sola nuevamente después de casi veinte años de casada [se separó de Simeone en 2009]?
–En ese momento sentí que había vivido muchos años dentro de un círculo muy chico y si a eso le sumamos la explosión del “Bailando…”, fue demasiado. Hubo gente que se acercó por conveniencia, otros que me traicionaron. Por eso me encerré y no se supo nada más de mí. Además, al tiempo Diego se fue a vivir afuera [se instaló en Italia como DT de Catania] y yo me quedé con los tres chicos y eso para mí fue un peso grande, de mucha responsabilidad.
–Tus hijos ahora están viviendo en el exterior. ¿Cómo es el vínculo con ellos?
–Giovanni vive en Verona, Gianluca en Ibiza y Giuliano en Madrid. Tenemos un vínculo divino, de muchísima confianza, me cuentan todo… Estoy muy orgullosa de los hombres que son, de su presente y de las mujeres que eligieron. Me emociona mucho ver cómo las tratan. Además, soy amiga de mis tres nueras, cero celosa.
–¿A ellos les gustaría verte de novia?
–Ellos son más celosos, pero si me ven feliz, está todo bien. Charlamos mucho los cuatro, compartimos planes y siempre me enseñan algo. Hablar con Giovanni es como conversar con una persona mayor, con Gianluca –que es el más desenvuelto– salgo de compras y nos encanta pasear y con el más chico, aprendo de sus silencios y algo de Play Station también. Ellos son muy unidos y me da una gran felicidad.
–¿Cómo fue ser la única mujer de la casa entre tantos varones?
–Nada de reina, ni princesa de la casa. Creo que me sentí un varoncito más. [Se ríe].
–¿Te hubiera gustado tener una hija?
–¡Ay, sí! Me hubiese encantado. Ya no voy a ser madre otra vez, pero seguro vendrán las nietas. Me muero de ganas. Supongo que Gio, que se casó hace poco, va a ser el primero en darme un nieto. El otro día le dije a Giulia, su mujer: “Cuando nazca, me lo llevo y te lo devuelvo a los 15 años”. [Se ríe].
–¿Viajás seguido a verlos?
–Sí, no pasan más de tres meses sin verlos. La cámara te acerca mucho, estoy al tanto de todo, pero no hay nada como el cara a cara y los abrazos. Cuando viajo, intento quedarme veinte días con cada uno y la pasamos súper.
–¿Cómo es hoy tu relación con Diego, tu ex?
–Muy buena. Tenemos un grupo de WhatsApp de familia, así que estamos todos conectados.
–¿Y con Carla, su mujer?
–Me llevo muy bien, pero no tuvimos muchas oportunidades de cruzarnos. Compartimos el casamiento de Giovanni y me pareció divina. Los chicos la quieren. ¡Además, tienen dos hijas buenísimas! Cuando estuve de vacaciones de Ibiza, un día fuimos a la casa con Gio y Giulia a buscar a Francesca, la mayor, y estuvimos todo el día en la playa con ella. Ahí probé el abuelazgo y me encantó. [Se ríe].
LAS DE ANTES Y LAS DE AHORA
–¿Cómo ves de lejos el mundo actual de las botineras?
–A nosotras no nos llamaban botineras. Yo me siento del lado de Claudia Villafañe, de Ana Laura Goycochea… Nosotras dedicábamos la vida entera a nuestros maridos, éramos unas geishas y no sé si estaba tan bueno porque dejábamos muchas cosas de lado. Creo que hoy algunas chicas se encandilan con la luz del futbolista estrella. A mí nunca me gustó competir con mi pareja. Yo creo que lo ideal sería encontrar un equilibrio entre aquella época y esta.
–Tal vez en tus tiempos, las mujeres de los futbolistas no tenían el tratamiento de estrellas de hoy, que les cierran una tienda para que compren o las sientan en la primera fila de un desfile…
–No, claro que no. Ni tampoco gastaban como gastan ahora. ¡Ni pensarlo! Era otro momento. No gastábamos en aviones privados, ni teníamos una colección de mil carteras. Salíamos de shopping, pero nunca al nivel que lo hacen hoy.
–¿Viste la serie de Maradona?
–No, no la vi.
–¿Cómo te llevás con Claudia?
–Muy bien. Pasamos mucho tiempo juntas, en 1994 por el Mundial, por ejemplo. Hoy por hoy nos hablamos… Claudia es un ejemplo de mujer, con una fortaleza pocas veces vista, que pudo atravesar momentos muy difíciles con mucha altura y supo reinventarse. Se lo he dicho personalmente.
–¿Por qué funciona tan bien la fórmula “futbolista-modelo”?
–Los futbolistas buscan modelos y las modelos buscan futbolistas. Es como un imán. Pero no sé si funciona tan bien. Creo que iría mejor si la otra persona no fuera tan famosa. El ejemplo de una pareja divina es la de Messi y Antonela. Yo no la conozco a ella, pero me encanta cómo se planta. Es superfamosa sin buscarlo, pero no es ostentosa ni se olvida de dónde viene.
–¿Volverías a salir con un futbolista?
–No, no volvería. Y no es por Diego, porque con él pasé unos años increíbles y es el padre de mis hijos. Hoy no podría estar ajustada a la agenda de otro, ni tampoco tengo ganas de que mi pareja se vaya tanto tiempo y estar sola.
CONSTANCIA, DISCIPLINA Y MOTOS
–¿Cuál es el secreto de tu cuerpazo y de tu estado físico?
–No hay secreto. De chica hice artes marciales, me encantan los deportes (paracaidismo, windsurf, waveboard, esquí). Está en mi naturaleza. Soy muy constante, disciplinada y entreno hace muchos años todos los días, menos sábados y domingos. Tengo una personal trainer, Jesica Marai, que me acompaña a todos lados del mundo por zoom. Cuando viajo, se despierta a la cinco de la mañana por la diferencia horaria y me entrena. Me cuido en las comidas y como muy sano.
–Contaste que practicás meditación.
–Sí, hace muchos años que medito y leo libros de metafísica. Creo mucho en el poder de la mente, pero sin dejar que sea ella la que controle todo. Se trata de encontrar el equilibrio y eso se logra con la meditación. Giovanni lo aprendió de mí, él medita y visualiza antes de cada partido. ¡Y funciona! Está pasando por un momento increíble en el Verona.
–¿De dónde nace tu pasión por las motos?
–De mi papá. Él era motoquero, con pelo largo. De chica, veíamos las carreras por la tele. Aprendí a andar cuando era adolescente y de más grande, empecé a hacer viajes largos. Hice viajes de hasta 15 días por el sur argentino, por Europa y por Estados Unidos. Y es algo que pienso seguir haciendo hasta que me dé el cuerpo. Estar arriba de la moto durante tanto tiempo es un diálogo con uno mismo muy interesante y me apasiona.
–¿Te llevás bien con la soledad?
–Me llevo bien porque me siento completa como mujer.
Producción: Victoria Miranda Maquillaje: Sarita Pereyra Peinado: Miguel Genaro Agradecemos a Dolores Trull por los accesorios
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