Su contacto con la poesía coincidió con una profunda crisis personal.
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Tomás Rosner es un poeta que aprendió a leer rápido con la revista El Gráfico y que en su segundo libro, El verano de cada uno (Abre Cultura), escribe un poema inspirado en un gol de Atlanta que hizo un juvenil que entró cuando faltaban dos minutos para el final: sos ese pibe que debuta / y salva las papas / tu tío segundo soñó que hoy mojabas / sos olivera / sos eugenio olivera.
Su aproximación a lo poético está vinculado con estas cuestiones en un sentido amplio: “La poesía es eso: el jugador que te salva las papas en los partidos importantes”, asegura. Un ars poetica existencial. Sin embargo, para llegar a esta conexión, la vida real hizo su trabajo. Cuenta: “El contacto con la poesía fue muy posterior y coincidió con una profunda crisis personal”. Rosner estudió Derecho y trabajó en el Poder Judicial, en derecho penal y en derechos humanos. En paralelo, militaba en el sindicato y en el peronismo. “Después de 10 años, me interesaban otras cosas. En 2015, participé en cinco elecciones y perdimos todas. Lo tomé como una señal”, recuerda.
No tuvo que buscar mucho: la literatura siempre lo había conmovido. Entonces, salió a ver qué pasaba en la noche de Buenos Aires. Se encontró con un circuito cultural que incluía los slams de poesía oral: “Me impresionó ver cómo, recitado, el poema adquiría otra fuerza. Ese contacto me transformó”, cuenta.
En 2018 salió su primer libro: Ginseng (Modesto Rimba), luego de un proceso intenso de escritura. “Siempre escribí, pero empecé a hacerlo con más disciplina para los slams. En esas competencias no podés repetir poemas. Eso me obligó a escribir un texto distinto cada dos, tres semanas. En algún punto, aunque ya no participo activamente de esa movida, creo que algo de aquella electricidad sigue operando y me ayuda a estar en modo hacedor; a estar en el camino”, explica.
Y ese recorrido también lo llevó a publicar su segundo libro. En literatura, la experiencia no vale nada: simplemente sirve como combustible para encontrar nuevas aventuras. Ese parece ser el signo que va de su primera obra a este reciente trabajo. Piensa Rosner: “Juan Gelman decía que es más importante el viaje hacia el poema que el poema en sí. Se mantiene algo del espíritu de Ginseng: el contacto directo con las cosas. La idea de que poeta es el que percibe. En El verano de cada uno, asumo más riesgos”. Es un libro que juega con diferentes técnicas: el mashup, el collage, el espíritu conversacional, hasta hay una carta documento. Y esto está muy relacionado con el germen de esa forma particular con la que Rosner encara sus textos: “Las conversaciones son el principal insumo de mis poemas. Llega un momento en el que en mi cabeza se arman asociaciones, posibles mezclas, y ahí es el momento para sentarse a escribir”.
Minibío
Tomás Rosner (Buenos Aires, 1986) es abogado y docente de Derecho y Literatura en la Facultad de Derecho (UBA), donde también integra el seminario permanente de investigación en derecho y literatura (Instituto Gioja). Forma parte del equipo editorial de la revista Poliedro (Universidad de San Isidro). Es poeta, creador de @los_fatales, productor de la edición argentina del ciclo online “Poesía en tu sofá” y da talleres de poesía.
Poetas
- Ezequiel Zaidenwerg
- Flavia Calise
- Rafael Otegui
- Juan Gelman
Libros
- Lugares donde una no está, Laura Wittner
- Ancianos relucientes, Kate Tempest
- El último apaga la luz, Nicanor Parra
- Poesía vertical, Roberto Juarroz
Editoriales
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- Zindo y Gafuri
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- Los árboles
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