La guía @clubdelbajón saltó del mundo virtual al mercado; ahora también va por la pastelería propia
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“La pandemia nos terminó de confirmar que teníamos que hacer un cambio. En el @clubdelbajon no predominaba la comida dulce, pero era algo que los seguidores nos pedían todo el tiempo, así que los escuchamos y decidimos ser nosotros quienes creamos y comercializamos los productos del segmento dulce”, explica Tomás Calvagna, de 22 años, creador de la guía gastronómica que cuenta con una comunidad que va hacia el millón de seguidores y que inauguró su propio spin off: @clubdelbajondulce.
Historia de un hit
En 2017, a través de su cuenta @clubdelbajon, Calvagna recomendaba opciones gastronómicas de Buenos Aires por puro amor a la comida, dice, pero también atento a los consumos de su generación, los menores de 30. En dos años, y con información sobre más de 300 restaurantes y bares, detectó una demanda clara: descuentos y nuevas propuestas.
Entonces se reinventó por primera vez y pasó a desarrollar platos propios junto a los diferentes comercios bajo el nombre de Línea Bajonera. La premisa era simple: menús innovadores, atractivos y, sobre todo, “instagrameables”, en la era del food porn.
El éxito de Línea Bajonera llevó a los restaurantes a notar la importancia de comunicar bien. Calvagna, que empezaba la carrera de Marketing en la UADE, vio una nueva oportunidad y armó una agencia de publicidad enfocada en el sector gastronómico, que en menos de una semana ya tenía sus primeros cinco clientes. Hoy, es la agencia especializada en gastronomía más grande del país: con una inversión inicial de $60.000, hoy factura $1.400.000 mensuales.
Al tiempo se sumó Pablo Ertola como director de Estrategia y la agencia llegó a trabajar con más de 30 locales y también con grandes marcas, como McCain, PepsiCo, Unilever, Pedidos YA, y McDonald’s.
“Para mayo del 2020, cuando los comercios gastronómicos lograron acomodarse nuevamente, se dieron cuenta de dos cosas –cuenta Tomás–. Por un lado, notaron que no sabían cómo vender comida online y, por el otro, las plataformas de delivery tenían comisiones muy altas para los comercios y les era complicado seguir con vida”.
Plata dulce
En este contexto, nació la última apuesta: el Club del Bajón Dulce (@clubdelbajondulce). Los productos son elaborados por pasteleros profesionales en un centro de producción propio en Caballito. La oferta incluye desde un Chocokinder (una chocotorta con Kinder, alfajores, conitos de dulce de leche, trufas de chocolate, y más), o un box de Brownies Mágicos (12 brownies variados: de Oreo, con almendras, de Rocklets, etc.), hasta el Corazón Bajonero (un corazón de chocolate relleno de Nutella y dulce de leche, con pedazos de Kinder, Oreo bañadas y chips de chocolate). Los precios arrancan en $600 y hacen envíos a Capital y Gran Buenos Aires.
Dice Tomás que su versatilidad como emprendedores fue clave para sobrevivir a la pandemia, por eso seguirán reinventándose: lanzarán un canal de recetas oficiales de comidas fáciles y rápidas para que la comunidad pueda disfrutar en su casa.
Actualmente, la empresa cuenta con un equipo de 30 personas, que van desde community managers, fotógrafos, generadores de contenido, diseñadores, editores y ejecutivos de cuentas.
Los socios, que tienen la cuenta foodie más grande de Latinoamérica, proyectan para este año el desarrollo de unidades de negocios paralelas y el lanzamiento de su propia app móvil, donde podrán ofrecer a la comunidad, de manera consolidada, todas las promociones y descuentos que tienen en los comercios con los que trabajan.
“Cuando hay una crisis, hay una oportunidad. Hay que apoyarse en lo digital, es el presente y es el futuro, te permite llegar a millones de personas abiertas a recibir tu producto o servicio. Al emprender vas a tener problemas, te va a ir mal, vas a querer abandonar, por eso es importante que estés enamorado del problema que querés resolver y dispuesto a perseverar”, concluye Tomás.