Con 40.000 suscriptores, la plataforma de streaming se expandió durante la pandemia
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El consumo cultural hogareño ya venía en alza. Pero la pandemia aceleró la tendencia. A las plataformas de streaming que ofrecen películas y series se ha sumado un proyecto argentino liderado por Mirta Romay, la hija del recordado zar de la televisión argentina Alejandro Romay, dedicado enteramente al teatro. Se llama Teatrix (un nombre que se puede asociar de forma automática con una plataforma pionera, claro) y tiene casi 200 obras a disposición para sus suscriptores, que hoy son unos 40.000 y pagan una cuota mensual de $499.
“Empezamos en 2015 con apenas ocho obras y la idea de testear resultados”, cuenta Romay, responsable principal del portal que se encuentra en Teatrix.com. “Ya a fines de 2016 pasamos de ser una simple página web a transformarnos en una OTT (la tecnología OTT es utilizada para transmisión de televisión y radio por internet, además de videollamadas sobre IP, almacenamiento en la nube y mensajería instantánea; Netflix, Wuaki.tv, Skype, WhatsApp y Viber son algunas de las marcas más conocidas que la utilizan), y a partir de ahí empezó un crecimiento muy importante de usuarios. Cuando llegó la pandemia nos encontró bien armados, y además pudimos expandir el negocio internacionalmente: México, Paraguay, Bolivia, España... Enfrentamos esta situación excepcional con unas 150 obras y una tecnología robusta y consolidada. Fue muy importante tener un catálogo delineado a partir de una buena curaduría y también haber trabajado a conciencia sobre el lenguaje audiovisual para darle a la gente una experiencia distinta de entretenimiento. Está claro que esto no es ni teatro tradicional ni «teatro filmado». Es otra cosa, algo nuevo. Y nosotros somos pioneros”.
"No es tan fácil conseguir impacto emocional con algo que circula por fuera del espacio tradicional."
Mirta Romay
Además del catálogo de obras que ya hicieron un recorrido en la Avenida Corrientes o el circuito del off (la versión de La casa de Bernarda Alba de José María Muscari, el exitoso espectáculo de Martín Bossi Big Bang Show o el que reunió a dos estrellas como Julio Chávez y Adrián Suar, Un rato con él, por citar solo tres casos), Teatrix lanzó este año una producción propia: la versión especialmente adaptada para el formato de Reconocernos, de Oscar Barney Finn. “Lo que hizo Barney es muy disruptivo y también muy conmovedor”, apunta Romay. “No es tan fácil conseguir impacto emocional con algo que circula por fuera del espacio tradicional del teatro. Oscar le dio a su obra, que ya había funcionado bien cuando se estrenó en una sala, una vuelta de tuerca muy interesante. ¿Lo que estás viendo es teatro? Te lleva a preguntarte eso... Estamos inventando un lenguaje nuevo, y eso es para celebrar”.
Ahora se vienen nuevos desafíos para Teatrix. “En principio, la cultura empresarial que yo había impulsado se fragmentó porque todos trabajan desde su casa –argumenta Romay–. Hay que ver cómo evoluciona eso... Y, por otro lado, los costos en dólares para mantener este negocio son altos. En esta industria se sigue diciendo que el rey es el contenido, como siempre, pero ahora la reina es la tecnología. Vamos a tener que invertir permanentemente para que la plataforma sea amigable, cómoda, con motores de búsqueda eficientes. Pero cobramos las suscripciones en pesos y vivimos en Argentina, entonces lo que antes era un pago de US$8 por asociado se redujo a 4. La idea es generar contenidos atractivos para aumentar la base de suscriptores e internacionalizarnos. Son nuestros nuevos objetivos. Veremos cómo progresa todo, pero tenemos confianza porque lo que se produce en Argentina en este terreno es muy valorado en todo el mundo y nosotros estamos trabajando todo el tiempo para perfeccionar este nuevo lenguaje”.