Por amor, cachondeo, diversión, para un rato o para todo lo que dure, el sexo virtual ya no es solo una necesidad de la pandemia.
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La vida virtual no es menos real que la analógica. “Sexting” deriva de la conjunción de las palabras en inglés “sex” y “texting”. O sea: mandarse mensajes con imágenes, prosa, líbido y lo que la imaginación y la tecnología permitan. Cuarentenas y distancias sociales mediante, es una práctica que ya es parte de lo cotidiano y una forma de relacionarse más que válida. Acá cuatro propuestas para poner a arder los dispositivos.
Primero hay que cuidarse
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Mandarse mensajes cargados de erotismo es un ejercicio más de la sexualidad. Y viva eso. A veces se hace con la pareja, o alguien conocido de antemano, pero no siempre. Viva eso también. Saber quién es la otra persona, o confiar, no implica necesariamente su reserva. O un código compartido.
Más allá de toda sensación, hablada o no, los teléfonos se pueden perder, ser robados o hasta revisados por un tercero. Por eso, hay que tomar ciertos recaudos.
Sextear es un derecho, pero como en todo acto sexual, existen riesgos. Y, al ser casi una novedad, porque ya hace rato se viene haciendo (más aún cuarentenas mediante), es bueno saber cómo tener sexo virtual seguro.
Entre otras estrategias, es fundamental chequear las aplicaciones y softwares instalados en el teléfono para asegurarse de que no tengan ningún código malicioso que robe información.
En la página del Gobierno Nacional, hay varios buenos consejos y, si no funciona todo eso, porque siempre todo puede fallar, está el link para saber dónde y cómo hacer denuncias.
Charlas picantes
Los emojis, gran valor a la hora de jugar un poco, son geniales para entrar en calor virtual. Quienes quieran ir más allá de la berenjena, y gusten de juntar sexo y humor, tienen Flirtmoji, en donde hay una colección perfecta. Algunas imágenes sirven para la interpretación más libre, como dos sandías o un lobo aullando. Pero también están las que, sin vueltas, son claras como un pantalón abultado, un preservativo, dos conejitos en plena faena o un culito con forma de teléfono. El combo puede dar sabor a cualquier chat. flirtmoji.com
La escondida
Una foto puede dar mucha más información de la que se suele creer. Con la geolocalización se puede saber no solo el lugar, sino también la hora y/o hasta el dispositivo con el que se hizo la imagen. Pero hay aplicaciones, como ObscuraCam, que sirven para difuminar estos elementos. Y es gratis.
El secreto
Lo mejor siempre es usar aplicaciones que no permitan la captura de imágenes y/o que autodestruyan los mensajes al poco tiempo, como Snapchat o Telegram. Una que lo tiene todo es Signal, un servicio de mensajería que funciona muy similar a WhatsApp –con llamadas gratis y emojis–, pero en donde el cifrado no solo protege las conversaciones de posibles terceros, sino que la información también queda encriptada para la empresa desarrolladora. O sea: el servidor nunca tiene acceso al contenido de tu comunicación ni a tu información.