Producida por Shonda Rhimes, cuenta en nueve episodios el derrotero de una cautivante estafadora que actuó entre 2015 y 2017.
- 4 minutos de lectura'
“Anna vio algo que otros no vieron. Auscultó el alma de Nueva York y reconoció que si distraes a la gente con objetos brillantes, con grandes fajos de billetes, con signos de riqueza, si les muestras el dinero, prácticamente no podrán ver nada más. Así de fácil fue para ella”. Los tramos finales del largo artículo que la periodista Jessica Pressler firmó en mayo de 2018 para The New York Magazine, revelando la trama que hizo de la joven Anna Delvey la estafadora más encantadora que pisara Nueva York a mediados de los 2000, dan la clave de por qué la productora Shonda Rhimes lo eligió como fuente. El resultado es Inventing Anna, la miniserie que llega a Netflix el 11 de febrero y es parte del acuerdo de producción de una docena de ficciones que la creadora de Grey’s Anatomy firmó en 2017 con la plataforma, y del cual la exitosa Bridgerton es punta de lanza.
Inventing Anna cuenta en nueve episodios la historia de Anna Delvey (más tarde revelada como Anna Sorokin, nacida en Rusia en 1991 y radicada con su familia en Alemania cuando era adolescente), una chica de apenas 25 años que actuó entre 2015 y 2017 como una heredera alemana dispuesta a llevarse todo por delante a costa de pagar en efectivo tarifas de hotel, cenas, regalos, además de otorgar generosas propinas y relacionarse con lo más granado de la elite que abrillanta la Gran Manzana. Con una actitud que dejaba ver que no era otra chica rica malcriada y caprichosa al estilo Kardashian, Anna relató su anhelo de levantar una fundación artística en pleno SoHo a quien se le pusiera enfrente, fuesen los miembros de la exclusiva sociedad neoyorquina con quienes trabó amistad y finalmente estafó robándoles dinero (o logrando que se hicieran cargo de sus gastos, que es otra forma de robo) o directivos de bancos con los que se reunió para pedir exorbitantes préstamos en pos de financiar su proyecto. Al fin y al cabo, la respaldaba –según ella– un fondo fiduciario de US$60 millones. Y también costumbres de millonaria (desde la impronta de clase hasta el uso de ropas de diseño) que hicieron que cumpliera el papel a la perfección.
Por supuesto que todo falló, tal como relata Pressler en su pieza periodística, la cual, como todo buen trabajo de investigación, tiene sus personajes centrales: naturalmente la propia Anna; Neff Davis, la conserje del hotel 11 Howard, de la que la estafadora se hizo amiga; y ella misma, que se relacionó con la protagonista una vez que esta acabó en la cárcel. Encarnadas respectivamente por la espléndida Julia Garner (Ozark), Alexis Floyd y Anna Chlumsky (Veep), el trío de mujeres lleva adelante un relato que finalmente le otorgó a Sorokin, en concepto de derechos de utilización de su historia, unos US$320.000. El monto le sirvió para pagar las abultadas deudas que acumuló durante su aventura, aunque no llegó a cubrir la totalidad. Personaje fascinante, fue visitada por Garner en la cárcel, donde ya no cumple condena por hurto mayor y robo de servicios (los cargos que la encerraron en 2019), pero sí permanece en custodia por tener vencida su visa de residencia en los Estados Unidos. La actriz salió decepcionada: “Anna ni siquiera se conoce a sí misma, y es realmente difícil interpretar a alguien que no se conoce a sí misma”, declaró a Rolling Stone. Rhimes, que produce el envío a través de su compañía, Shondaland, ni siquiera hizo el intento: “Sé que podría haberme cautivado con su personalidad tremendamente carismática, y no quise ponerme de su lado, sino quedarme con la mirada de la periodista”, dijo, contundente. Estafadora una vez, estafadora siempre.
Mes caliente
Buen mes de estrenos febrero: a Inventing Anna hay que sumarle Pam & Tommy, la miniserie producida por Seth Rogen y dirigida por Craig Gillespie (I, Tonya) donde Lily James y Sebastian Stan son Pamela Anderson y Tommy Lee en la época en que se filtró aquel famoso video íntimo; Reacher, que lleva a la pantalla chica el personaje de Lee Child que popularizó en el cine Tom Cruise (esta vez es Alan Ritchson quien encarna al exmilitar); y dos regresos esperados: The Marvelous Mrs. Maisel, en su demorada cuarta temporada, y la última –y final– de la magnífica Killing Eve.