De familia gastronómica, logró reconvertirse durante la pandemia. Es un referente, produce 12 mil medallones por semana y quiere conquistar el mercado norteamericano
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Rodo Cámara (34) proviene de una familia de gastronómicos: creció viendo a su padre tras el mostrador de un restaurante y él quiso hacer “algo distinto” en el rubro. Pensó que su diferencial iba a ir por el formato: se subió a un food truck y apostó al modelo itinerante. Sin embargo, la gran transformación iba a ser otra. Rodo logró hacer de cada crisis una oportunidad de innovar, cambiar y crecer. De camión a local, de local a minimarket, de las redes a las casas, de Argentina a Estados Unidos. The Food Truck Store inauguró el 15 de septiembre su primer local en Miami. Así, el empresario e influencer plantó bandera y se propone llegar a ser un referente argentino en el país que es Meca de las hamburguesas. In your face.
Volvamos al principio: en 2014, Rodo empieza su propio camino cuando pone a rodar un camioncito que llega a las ferias y eventos con una carta de comida callejera: rabas, bastones de mozza, langostinos, panchos, bondiola. Le va normalmente bien y quiere pegar un salto. Entonces se le ocurre una idea que no existía en el país: poner el primer food truck que no fuera móvil. Alquiló un local sobre la avenida Callao y le montó una escenografía de vía pública, con suelo de adoquines, algunas señales de tránsito, la fachada de un camión. Todo bajo techo. No funcionó demasiado bien. “Vendíamos poquísimo, pero de última nos servía como centro de producción para los tres food trucks que seguía manejando, así que me cerraba”, cuenta Rodo.
6 toneladas de carne utilizan por mes
En 2018, decide vender todo para comprar una franquicia de Freddo en Miami e irse a vivir a Estados Unidos. Buen plan hasta que pone en venta el fondo de comercio de su local. “Ni US$50.000 sacaba, que era lo que había invertido para armarlo”, recuerda. “Para no rifarlo así, me dicen que levante un poco las ventas y que en tres meses lo ofrecíamos de nuevo. Pero ¿cómo levantar las ventas?”.
Recién llegaba de un viaje donde había vivido una experiencia intensa: cuando probó una hamburguesa de Pizza Loves Emily en Nueva York lloró. Literalmente lloró de emoción.
“Tengo que ir por ahí” pensó, y empezó a hacer un sofisticado ejercicio de traducción para reproducir esa vivencia. No se trataba solamente de decodificar una receta, sino también de encontrar la manera de hacerla acá: “Medallones parecidos, pero con otra carne, pan idéntico con harinas diferentes, una salsa alternativa... tenía que lograr lo que hacían allá, pero con productos locales”, explica y se sorprende al darse cuenta de que acaba de hacer exactamente el camino inverso para poder producir sus hamburguesas porteñas en el flamante local de Miami.
Eso no estaba todavía ni en la más remota fantasía cuando intentaba inflar el negocio de Recoleta para poder migrar con los helados.
12.000 medallones producen por semana
“Mi viejo –Rodolfo padre– había comprado una picadora en un remate y con eso empecé a probar blends. Un pedazo de bife de chorizo, un poco de asado, quizás cuadril... Armé varias combinaciones hasta que me quedé con roast beef, tapa de asado y grasa de pella”, revela.
El 10 de mayo de 2018 invitó a seis personas muy cercanas a probarlas. Eran espectaculares. Lo había logrado.
Así como un día cualquiera de febrero de 2018, la caja había juntado $273, “hoy facturamos $18 millones al mes”, dice orgulloso.
Cuando volvió el vendedor, dispuesto a ofrecer el fondo de comercio a buen precio, ya era tarde. Rodo le dijo: “¡Ahora no lo vendo nada!”.
Fue clave una visita inesperada. Un sábado almorzó ahí el influencer @burgrkid. Al día siguiente subió un posteo y el lunes el local explotaba. Nunca paró de tener gente.
TFTS rendía tributo a las mejores hamburguesas norteamericanas. Mirando videos y leyendo notas, Rodo elaboraba hamburguesas emblemáticas de distintos estados, le iba bien y estaba satisfecho, aunque, claro, le faltaba probarlas realmente para que la felicidad fuera plena.
170.000 seguidores en redes sociales
Se había hecho varios amigos entre los influencers que iban al local, a quienes tentó con la idea de subirse a la aventura. Pero no tenían cómo pagarla. “Nos juntamos en un Burger King –sí, ¡en un Burger King!, detalla Rodo– y nos propusimos convocar a sponsors para hacer un documental”. Hellman’s confió en el proyecto. La plata ya estaba.
En abril de 2019, partió –con sus pastilleros de medicación contra el colesterol en el equipaje– rumbo a Estados Unidos con los Hamburgueseros (así se autodenominó el team que armó junto con @sandals_burger y @burgrkid). Durante 25 días recorrieron 9 ciudades y comieron 45 hamburguesas de 30 locales diferentes (hubo 15 que repitieron). Fue un exitazo. Capítulo aparte merecen los TutoRodo: “Todas las semanas ponía un video en YouTube donde enseñaba a hacer una hamburguesa diferente. Daba la receta, todo. Como el mago enmascarado que contaba los trucos, ¿te acordás?”, se ríe. No le preocupó nunca compartir secretos (aunque la proporción de carnes que usa en su blend la guarda bajo siete llaves como si fuera la fórmula de la Coca-Cola) ni avisar que estaba copiando otras hamburguesas. “Es que está todo inventado”, se justifica. “No se trata de hacer algo que nunca se hizo, sino de hacerlo uno”.
En 2019 cambiaron el brioche por las creaciones del panadero top Franco Kalifón. “El proceso empezó a ganar escala, las ventas aumentaban y estábamos listos para abrir otro local –se entusiasma–. Lo pusimos en Bulnes y Libertador. Teníamos fecha de inauguración el 26 de marzo de 2020. ¿Vos te acordás lo que fue ese momento?”.
En ese momento había llegado el covid-19, el aislamiento social obligatorio era estricto en Argentina. La ciudad estaba vacía; los negocios, cerrados y las personas no salían de sus casas más que para pasear a sus perros.
24 variedades de hamburguesas ofrece la carta
Con reflejos ágiles, tomaron una decisión clave y dieron vuelta la historia. “Nuestra community manager, Pilar Gualco, pensó algo genial –recuerda–: «a gente va a estar encerrada en sus casas 15 días (bueno, creímos que iban a ser 15 días), ¿por qué no les vendemos la mercadería para hacer las hamburguesas con tus videos?». No nos quedó ni un medallón, vendimos todo”.
Así surgió un negocio brillante. Perfeccionaron los packs (hoy son una impecable caja con cada ingrediente, superfresco, envasado al vacío) y la rompieron con esas ventas. Al momento de poder abrir el negocio –a fines de agosto de 2020–, combinaron despacho de hamburguesas con un minimarket dentro del local.
De repente dejaron de ser un comercio gastronómico y pasaron a ser una empresa. Duplicaron la cantidad de empleados, montaron oficinas, trabajaron en la marca y en una ingeniería que se había complejizado.
Nuevamente daba para expandirse. Ofrecieron franquicias en el resto del país y en el exterior. La primera en inaugurarse, el 15 de septiembre de este año, fue en Miami. Agustina Monopoli y Mariano Rey, ambos argentinos, están al frente de este negocio. No quieren hacer un producto de argentinos para argentinos, sino integrarse al mercado. “Me siento muy seguro –afirma Rodo– y me propongo subir la vara acá para después llegar a otros lugares, crecer en la hamburguesería local de Estados Unidos como uno más es mi meta. Es un sueño hecho realidad”.