Los personajes se desdoblan y se hilvanan diferentes registros de actuación.
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Hace rato que Valeria radioactiva permanece en cartel (la obra se estrenó en 2018, antes de la pandemia), y ese rodaje con un grupo de trabajo que ya viene bien aceitado como Teatro Líquido es un llamado de atención para los que aún no vieron la obra.
Integrado por Javier Daulte (uno de los directores, dramaturgos y docentes más prestigiosos del teatro argentino, con aportes significativos en el circuito alternativo y el comercial) y los actores y actrices Héctor Díaz, Silvia Gómez Giusto, María Marull y Paula Marull, Teatro Líquido funciona desde siempre como vehículo de experimentación y se propuso también de arranque confiar en la creación colectiva como antídoto contra la soledad del creador, “el peligro concreto de entrar en una especie de autismo creativo”, según define Héctor Díaz.
Teatro Líquido se propuso de arranque confiar en la creación colectiva como antídoto contra la soledad del creador.
“Cada uno escribe su obra, pero todos participamos en el proceso de los otros”, explica por su parte Javier Daulte. “Las obras tienen una dinámica de episodios, algo que tuvo el folletín y tiene hoy la serie de televisión, y que consiste básicamente en crear la idea de continuidad. Me interesa que entre todos nos estimulemos creativamente porque me parece que hay que recuperar la tradición de la tertulia, de la reunión desinteresada, que es lo opuesto al lobby, su versión perversa”.
Escrita y dirigida por Daulte, Valeria radioactiva condensa dos ficciones en paralelo. Los personajes se desdoblan y aparecen hilvanados diferentes registros de actuación, de acuerdo con el género que propone la escena: drama, comedia, relato fantástico, culebrón… Una autora de telenovelas con un problema grave de salud debe enfrentarse con la fría codicia de sus productores. Ese es el panorama inicial, el punto de partida. Pero de repente esa telenovela se pone en marcha en la propia obra y su lógica interna y sus problemáticas parecen tener un vínculo estrecho con la realidad de la creadora. El juego narrativo provoca unas cuantas situaciones hilarantes y otras directamente surrealistas.
Protagonizada por Flor Berthold, Carlos Defeo, Jorge Gentile, Laura Oliva, María Onetto (una actriz notable que gracias a su desempeño en otra obra de Daulte, Nunca estuviste tan adorable, saltó a la TV para trabajar en Mujeres asesinas y Montecristo), Daniela Pantano y el joven Agustín Daulte, dirigido por primera vez por su padre, la obra le plantea al elenco un trabajo exigente y bastante atípico, un desdoblamiento continuo para el que obviamente hay que estar bien preparado si se quiere evitar el riesgo del fallido.
“Muchas veces se dice que la ficción es una evasión, pero también es cierto que otras tantas lo único que importa es aquello que imaginamos”, sostiene Daulte, quien no escribió nunca un culebrón como el que le quita el sueño al personaje con el que brilla María Onetto en Valeria radioactiva, pero sí ha sido responsable de guiones de buenos unitarios televisivos como Para vestir santos y Tiempos compulsivos. “Contrariamente a lo que expresa otro prejuicio, a mí siempre me dieron un espacio de libertad enorme en la televisión”, resalta el actual dueño del Espacio Callejón. “Creo que el unitario te permite un tiempo de elaboración y de discusión interna que en la tira diaria no existe. De la televisión se dice de todo: cuando yo empecé en el medio, allá por el 98, supuestamente estaba pasando por su peor momento. Yo creo que es un terreno muy cambiante y en el que siempre es posible imaginar alternativas, sobre todo porque los formatos caducan muy rápido”.
Valeria radioactiva. Escrita y dirigida por Javier Daulte. Con Flor Berthold, Agustín Daulte, Carlos Defeo, Jorge Gentile, Laura Oliva, María Onetto y Daniela Pantano. Martes a las 20.30 en el Espacio Callejón, Humahuaca 3759. Entradas en Alternativa Teatral o reservando al 4862-1167.