La escultura metálica que se abre al amanecer y se cierra a la hora del crepúsculo
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El año que viene se cumplirán 20 años de su inauguración. Ubicada en la Plaza de las Naciones Unidas, la Floralis genérica se destaca no solo por su tamaño monumental, sino por el acero inoxidable resplandeciente con el que fue construida. Mide 20 metros de alto y pesa 18 toneladas.
La escultura metálica es una enorme estructura en forma de flor que se sitúa sobre un espejo de agua de 40 metros de diámetro de donde emergen diferentes caminos hacia distintas zonas de la plaza de cuatro hectáreas.
La escultura metálica Floralis genérica, ubicada en una plaza de Recoleta, fue regalada por el arquitecto Eduardo Catalano a la ciudad de Buenos Aires.
Se trata de una obra que fue regalada por el arquitecto Eduardo Catalano a la ciudad de Buenos Aires. Catalano fue profesor honorario de la Universidad de Buenos Aires y, entre otros edificios, proyectó la Ciudad Universitaria. De acuerdo con el arquitecto, que murió en 2010, la Floralis genérica es una escultura ambiental que lleva el ritmo de la naturaleza.
Es que la flor de acero cuenta con dos momentos cumbre durante el día que dependen de las estaciones del año. Gracias a un complejo mecanismo hidráulico y de células fotoeléctricas, la escultura abre sus seis pétalos con el amanecer y los cierra durante las últimas horas del ocaso. Cuando se cierra, el capullo interno libera un bellísimo resplandor de color rojo.
Durante cuatro noches al año, la flor queda abierta: el 25 de mayo, para conmemorar la Revolución; el 21 de septiembre, para unirse a los festejos de la primavera; y el 24 y el 31 de diciembre, por Nochebuena y fin de año.