Al frente de un proyecto de streetwear low cost, Aldana Vega marca la estética del trap local
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Hoy, la joven diseñadora Aldana Vega, que está vistiendo a ciertas almas representativas del trap local, como el “ícono de moda y referente” Cazzu, por ejemplo, recuerda: “Yo particularmente odiaba probarme ropa, y no me interesaba en absoluto, al menos de niña”. Pero algo en ese origen ilumina este presente. Dice: “Me acuerdo de que mi vieja hacía mucho hincapié en que no importa lo que lleve puesto, pero sí en que esté limpia, pasarle siempre un trapito a las zapas, quizás más en esas cosas”. Si Adrián Dárgelos canta eso de que “el camino a la fama no significa nada si no hay una misión”, Aldana reflexiona sobre aquello que la moviliza a la creación: “Mi principal inspiración es mi barrio, mi cultura, el folclore de mis vecinos, de mi familia, de mis amigos. Veo la pared sin revocar y me fascina, amo las terrazas, veo belleza en la cotidianidad del barrio conurbano; hoy mi novio me mandó una foto de su terraza para mostrarme un proyecto y yo estaba maravillada con la paleta de colores del tender, los broches, el piso, los metales oxidados, y lo guardé en la carpeta de imágenes para posibles futuras inspiraciones”. ¿Pinta tu aldea y pintarás el mundo? Tal vez. O, quizás, es mejor verlo así: de la esquina al infinito. Vestir un cuerpo, por supuesto, es un arte.
Criada en Esteban Echeverría, Aldana desde niña disfrutó coser y le fascinó el diseño: “Todavía tengo el cuaderno de los 6 años, y ya hay figurines, jugaba a diseñar los vestidos de 15 de mis compañeras y les regalaba los bocetos”. En la adolescencia consiguió un maniquí y empezó a vestirlo, probar ideas: “Ese primer maniquí me lo compré con la plata que me regalaron de mi comunión. En ese entonces estaba fascinada con Alexander McQueen, y el trabajo de textiles de Martín Churba y Jessica Trosman”. Para Aldana, la moda puede hablar y comunicar, y excede el plano superficial. “Mis ideas vienen de la búsqueda y la investigación. Amaría decir que las ideas solo caen, pero no. Hay que «alimentar la cabeza» con libros, documentales, historia, referentes; armo los moodboards, invento la historia y ahí recién empiezan las ideas”, explica.
Vestir a Cazzu, y otras artistas, es para Aldana una “hermosa responsabilidad” y, a la vez, un gran desafío, porque sabe que el vestuario también ayuda en el devenir “de las mujeres artistas cuando deben reinventarse, para poder seguir haciendo su arte”. Con una línea de ropa que denomina como conurbánica, la diseñadora tiene un enemigo claro: la moda vacía. “Voy en contra de la moda rápida y de la contaminación que genera la industria textil”, sostiene. Para ella, el diseño “es absolutamente todo. Me levanto y me acuesto pensando en diseño; a veces me rompe el corazón y a veces me hace muy feliz”. Y para el futuro es contundente: “Quiero ir por todo”. Respeto.
Minibío
Nació en 1996, en Transradio, Esteban Echeverría. Empezó a estudiar diseño de indumentaria en 2011. Hizo unas 200 pasantías y perdió muchos concursos. En 2013 empezó su carrera oficial en la Asociación Biblioteca de Mujeres, y la terminó en 2017. Ese año conoció a Cazzu y, desde entonces, trabaja con ella. Fundó Bualichero, su marca de streetwear low cost. En 2021 presentó su primera colección como diseñadora de autor.
Diseñadoras
- Romina Cardillo
- Edu de Crisci
- Clara Pinto
- Consuelo Fuertes
Colores
- Negro
- Blanco
- Rojo
- Azul
Canciones
- “Esquina”, de Cazzu
- “Plegarias”, de Nicki Nicole
- “Tony The Kid”, de Neo Pistea
- “Nunca estoy”, de C. Tangana
Inspiraciones
- La historia familiar
- Mi barrio
- La música
- Los santos paganos