Moderna y cosmopolita, famosa por su ritmo vibrante, ofrece una combinación única de serenidad en sus aguas infinitas, emoción en sus senderos desafiantes y frenesí en sus noches eternas.
- 3 minutos de lectura'
Recomendado por Indiana Medina*
El agua
Una de las costumbres que no caducan aquí es la de vivir la experiencia del agua. Hong Kong cuenta con un clima tropical con dos fases: una húmeda y otra muy húmeda, que me recuerda bastante al verano en mi provincia, Tucumán. El territorio se compone de 236 islas con decenas de tipos de transportes acuáticos, cientos de playas y un sinfín de recorridos para disfrutar.
Una de las experiencias más auténticas es la de rentar un junco chino, un barco tradicional de madera que hoy, en la mayoría de los casos, anda con motor, pero todavía quedan algunos espectaculares con velas idénticas a las que usaban los piratas hace unos siglos. Es muy común alquilarlos para salir de paseo con amigos, la familia o gente nueva que, al final del día, terminará siendo más que conocida. Comenzás la travesía descubriendo la ruta: mis dos favoritas son dar la vuelta a la Isla de Lamma y visitar la región de Sai Kung, para recuperar tu energía por completo y regresar recargada a la ciudad.
La montaña
Cuando visitás el Sudeste Asiático o vivís allí tendés a comparar mucho las ciudades de Singapur y de Hong Kong. Aunque ambas son megápolis modernas, la diferencia fundamental es la orografía. Mientras que la primera es un territorio suave y plano, Hong Kong contrasta por su relieve, en el que se recortan sus crestas típicas, que llegan a tener picos que culminan a 1000 metros. Aquí practicamos con regularidad el senderismo, las ascensiones y los paseos por las montañas. Cuando el extranjero se levanta y sale a caminar, los locales ya están de regreso: para mí es el principal deporte de Hong Kong. Una de mis caminatas preferidas es el Dragon’s Back Trail, que parte de la ciudad, atraviesa las montañas y termina en las mejores playas, cruzando bosques de bambú y ofreciendo vistas espectaculares.
La noche
Quizás los aspectos más conocidos internacionalmente, y los más impactantes, de esta urbe son su descomunal densidad y altura, su dinamismo y el hecho de que la actividad no duerme nunca. Tenés que saber que tu día cuenta con dos fases: la de tu actividad profesional durante el día y la de tu actividad social durante la noche. Cuando vivís durante mucho tiempo en Hong Kong, llegás a sentir que un año vivido aquí equivale a dos años vividos en cualquier otro lugar del mundo. Mi lugar favorito es la intersección de las calles Wyndham, Arbuthnot y Hollywood, en Central, el núcleo neurálgico de la noche hongkonesa: hay restaurantes, bares y discotecas –reúne algunas de las partes más antiguas de la ciudad–, y hasta una prisión de la época colonial, llamada Tai Kwun, que acaba de ser declarada patrimonio histórico.
La isla en su burbuja
Con 12.227 casos de coronavirus confirmados desde el inicio de la pandemia y la ausencia de casos de contaminación local hace más de dos meses, Hong Kong integra la lista de “países de muy bajo riesgo”. Al cierre de esta nota, el 63% de la población había recibido las dos dosis de la vacuna. Además, en agosto, el Gobierno hizo obligatoria la vacunación para funcionarios públicos, personal sanitario y maestros (las escuelas no tienen clases presenciales hace un año y medio). Muchos espacios comenzaron a abrir bajo “la burbuja de la vacuna” (más del 75% del personal vacunado) y el uso de la aplicación móvil LeaveHomeSafe. Sin embargo, extenderán la fecha de vencimiento de varias regulaciones hasta el 31 de marzo de 2022 . ¿Turismo? Solo pueden ingresar quienes estén completamente vacunados.
*Soy profesora, tucumana, tengo 50 años y soy miembro de las comunidades argentina y de habla hispana de Hong Kong. Hace más de 15 años que vivo en esta ciudad magnífica y le agradezco a la vida haberme dado la posibilidad de descubrirla.
Producción: Alejandra Abrodos
LA NACION