En El último hombre perfecto, la actriz y escritora borra los límites entre la ficción y lo biográfico.
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A la escritora y actriz Manuela Martínez, la pandemia la ayudó: “Como tengo un lado un poco antisocial, la obligación de estar en casa me liberó. Disfruté de tener tiempo para escribir y leer. Me puse a full a cerrar la novela. Tener un proyecto por delante me salvó. Después aparecieron el miedo, las pérdidas, la necesidad de ver gente, amigos, familia, de sentirlos cerca. De encontrar una nueva normalidad más amable dentro el caos”. Esa primera novela se llama El último hombre perfecto (Ediciones B) y hace un cruce entre la ficción y lo biográfico sin saber dónde están los bordes entre un territorio y otro. Fue un texto que ella comenzó al escribir cosas sueltas sobre situaciones o sensaciones que vivió, pero sin pensar en una novela. Después se dio cuenta de que los temas que daban vueltas eran siempre los mismos: la paternidad, el arte, el amor, la adultez. Que se cruzaban y eran universales. “Había un tema fundamental que tenía que ver con los vínculos familiares. Cuando tuve bastante material, me senté a ordenarlo en función de ese tema. Sin una respuesta clara, pero con muchas preguntas. Y un poco también tratando de mostrar las complejidades del ser humano, las contradicciones que empiezan a revelarse cuando crecemos y nos damos cuenta de que no podemos encasillar a las personas en malas y buenas”, explica la autora.
En un hogar donde su madre es Mercedes Morán y su padre Oscar Martínez, Manuela encontró su espacio junto a los libros gracias al impulso familiar y de la escuela. La escritura, en cambio, tuvo un aire de destino: “Lo de escribir no sé si fue una decisión, no recuerdo un momento decisivo. Creo que es algo que vino conmigo”, dice. Profundizar esa escritura la llevó a pensarla como vocación. Y eso significa descubrir un camino. Se lo tomó en serio.
A pesar de esto, la autora no tiene un sistema: “Un texto lo tengo en la cabeza mucho tiempo, le doy vueltas, tomo anotaciones, observo todo con una lente especial. Después me siento y parece que sale solo. Pero tiene que ver con todo ese trabajo previo”. Encontrar la perla en el lodo, pero antes hay que darle forma al barro.
Con un pie en la actuación (“estoy haciendo Paraguay, una obra de teatro que dirigen Lucía Maciel y Paula Grinszpan”), Manuela disfruta el lanzamiento de su primera novela. De todas maneras, ella ya busca el próximo texto: “Siempre estoy escribiendo, pero por ahora no tengo ningún proyecto puntual. Me cuesta verlo hasta que no está casi armado, y me cuesta también sentarme a trabajar sobre algo que es una idea. Yo acumulo material y confío en que después la forma aparece. Yo me doy cuenta cuando ya quedan solo los últimos toques”.
Minibío
Manuela Martínez (Buenos Aires, 1995) es actriz y escritora. Estudia Artes de la Escritura en la UNA. Creó y dirigió Revista Palta. Ganó el concurso Historias Breves del INCAA con el corto Instrucciones para Adela. Trabajó en Sueño Florianópolis, de Ana Katz; en Familia sumergida, de María Alché, entre otros. Coordina talleres de escritura creativa y publicó su primera novela, El último hombre perfecto.
Escritores
- Alejandro Zambra
- Lorrie Moore
- Alberto Fuguet
- William Carlos Williams
Libros
- Momo, de Michael Ende
- Formas de volver a casa, de Alejandro Zambra
- El amigo, de Sigrid Nunez
- Con los ojos bien abiertos, de Julian Barnes
Películas
- Lady Bird, de Greta Gerwig
- El valle del amor, de Guillaume Nicloux
- La reina del miedo, de Valeria Bertuccelli y Fabiana Tiscornia
- Happy End, de Michael Haneke
Inspiraciones
- Los malentendidos
- Leer
- Las señales
- Objetos fuera de contexto