Por el desarrollo de una nueva agricultura, más productiva, resiliente y sustentable.
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Juan Ignacio Mandolesi (38), Sergio Gregori (38), Javier Epeloa (39) y Nicolás Santinelli (27) quieren liderar el aterrizaje de la robótica en el agro para hacer posible el desarrollo de una nueva agricultura, más productiva, más resiliente y más sustentable, basada en el uso de esas nuevas herramientas. En ese contexto, crearon GBOT, una startup que desarrolla soluciones sustentables para el agro combinando IA y robótica.
¿Cómo lo hicieron?
El origen del proyecto fue una situación particular del mundo agrario: en el marco de los programas de mejoramiento genético de los principales cultivos, varios productores se enfrentan a la difícil tarea de caracterizar tantos cultivares como les sea posible para detectar aquellos con el más alto potencial productivo, y así reproducirlos y vender su semilla en las futuras campañas agrícolas. “En GBOT, desarrollamos plataformas autónomas terrestres o rovers, que tienen la capacidad de circular por el campo y producir, a partir de fotografías y complejos algoritmos, información relevante como el rendimiento potencial de los cultivares, para facilitar su selección”, explica Nicolás Santinelli, CEO de GBOT, startup que nació en el seno de la compañía argentina de software Mapplics Mobile Solutions y que hoy se encuentra en el proceso de incubación de CITES.
GBOT está conformado por sus fundadores Juan y Sergio (ambos licenciados en Sistemas), Javier (ingeniero electrónico) y Nicolás (ingeniero agrónomo), quienes desde la provincia de Santa Fe le están dando forma a lo que consideran un profundo cambio para la industria del agro. “La tecnología desarrollada por GBOT se encuentra en etapa de validación. A mediano plazo está previsto ofrecerla como un servicio, en donde el usuario paga por la información que recibe, información que es recolectada por el rover en el campo”, señala Santinelli y explica, además, que GBOT, luego de una inversión semilla realizada por el Fideicomiso CITES I –fondo gestionado por la incubadora homónima del grupo Sancor Seguros–, se consolidó y aceleró el desarrollo de la tecnología gracias a la incorporación de nuevos recursos humanos.
En el futuro cercano, la empresa apunta a llevar la tecnología a la fase comercial e iniciar el proceso de escalado. “En GBOT tenemos la misión de liderar el aterrizaje de la robótica en el agro para hacer posible el desarrollo de una nueva agricultura, más productiva, más resiliente y más sustentable, basada en el uso de nuevas herramientas”, destaca Santinelli. Uno de los desarrollos más prometedores de GBOT es el control de malezas sin el uso de agroquímicos. Se trata de la utilización de sensores inteligentes que le permite al robot terrestre recolectar datos en el campo y generar mapas de precisión. A partir de esa información de alta calidad, se crean mapas para aplicar en agricultura de precisión, y así poder quemar malezas con un rayo láser y con vapor de agua sin usar agroquímicos (para el caso de los barbechos de cultivos extensivos, como oleaginosas y cereales). Aún en etapa experimental, el robot es más barato que aplicar agroquímicos, porque en fitosanitarios se invierte entre US$100 y US$120 por hectárea. Además, el robot utiliza energía solar para su funcionamiento.