Descubrió la pasión por los tatuajes cuando era menor de edad, así que se los hacía a escondidas en lugares ocultos para que su familia no los viera.
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Una cantante sale siempre orgullosa al escenario para mostrar lo que hace, pero esta influencer que hace un tiempo decidió incursionar en los ritmos urbanos tuvo que empezar a las escondidas una de sus primeras formas de expresión artística. Agnes Simon o Femi, apócope de su @femigangsta, no podía blanquear en familia sus tatuajes durante la adolescencia, pero hoy, tras un año que la encontró de gira por España y cerró con un reciente show en Parque Centenario, eso quedó lejos y luce orgullosa una veintena de tatuajes, cifra que seguro aumentará en este flamante 2022 según el tiempo libre que Femi consiga mientras presenta el mixtape “Música para coolear” y prepara un ya prometido disco nuevo.
¿Cuál fue tu primer tatuaje?
Tengo más de 20, así que me pierdo un poco. El primero me lo hice a escondidas a los 13 o 14 años en la Bond Street, y me salió $50. Es una estrella violeta –mi único tatuaje con color– que está mal hecha porque llegó a la carne, cicatrizó y tiene relieve. Una va y ve las fotos de gente famosa que se tatuó en el local y siente que es un lugar muy profesional, pero después te enchufan a alguien que está aprendiendo. Yo había visto fotos de Maradona, de las hijas, y dije que me lo tenía que hacer ahí. Capaz que como yo era menor me mandaron a un menor que me tatúe para no tener problemas. Me lo hice en la zona lumbar, que en esa época estaba muy de moda. Hay toda una generación con tatuajes ahí como hay otra que se hacía tatuajes como una estrella o una iguana en el hombro... Son todos polémicos mis tatuajes de la zona lumbar porque también tengo un “Jaded”, por la canción de Aerosmith –que era mi banda favorita–, que parece que me lo hicieron en prisión.
¿Cómo reaccionaron en tu casa cuando lo vieron?
No me acuerdo cuándo me descubrieron. Mis papás ya estaban bastante decepcionados conmigo porque estaba llena de piercings. Creo que se dieron cuenta porque mi hermano me lo vio al agacharme y me botoneó. Mi mamá no le dijo nada a mi papá para que no me echaran de mi casa. Él se dio cuenta muy tarde, cuando ya tenía como 80, porque me vio una boludez que tenía en la muñeca.
¿Cuándo decidiste empezar a mostrarlos?
Me hice una rosa negra porque me había peleado con mi papá. Me dije que él, total, no lo iba a ver más, así que me la hice en el brazo. Ahí ya estaba jugada, pero cuando era menor me tatuaba solo en lugares escondidos para que no se vieran. Pienso en la ubicación nada más que por la simetría, soy medio pesada con el equilibrio. Si tengo un brazo muy escrachado, es el momento del otro. Tengo que tenerlos balanceados.
"No me tatuaría algo porque me parece simplemente bonito. Tengo tatuajes feos que los banco por lo que significan."
Femi
¿Te hiciste muchos siendo menor de edad?
El segundo fue en el tobillo. Es una frase de Fausto que vi en mi película favorita, V de Vendetta. Hay una escena en la que Natalie Portman está limpiando un espejo que dice Vi veri universum vivus vici, que significa: “Yo, estando vivo, por el poder de la verdad, he conquistado el universo”. Para mí significa que cuando encontrás eso que viniste a hacer al universo, esa sensación de destino, el universo confabula a tu favor. Me hice varios siendo menor, pero por suerte nunca hice nada de lo que me arrepintiera. No es que me tatué el nombre de un exnovio. Era menor, pero no me tatuaba boludeces. Tengo una inicial tatuada, que no me di cuenta en su momento, y es la misma tipografía que la de Mirtha Legrand. Me lo hice en la nuca por algo reimportante para mí y, al final, es la M de Mirtha. Ese también me lo hice a escondidas, en el viaje de egresados. No se nota que parece de Mirtha, pero yo me doy cuenta.
¿Te arrepentís de alguno?
Tengo tres horribles, pero no me arrepiento ni me los sacaría. Me dan ternura. Son esos de la zona lumbar y un corazón que me hice en la muñeca con unas amigas que ya casi no veo.
¿Cuál es el que más te gusta?
Mi favorito es un ovejero alemán en el brazo derecho. Me lo hice con mi hermana cuando se murió mi papá. Ella se hizo las iniciales de él y yo me hice al ovejero porque es muy representativo. Los perros son lo que más me hace acordar a mi papá. Le gustaban mucho los ovejeros, crecí rodeada, y los usaba de caballos o les metía las manos en la boca cuando estaban comiendo. Mi papá odiaba los tatuajes, pero bueno... Me encanta y está muy bien hecho. No me canso de verlo. Todos mis tatuajes tienen alguna historia. Tengo uno de una mujer con un pañuelo en la cara que es por la parte más pendenciera y militante del feminismo. Tengo las fechas de nacimiento de mis perros. En la mano tengo uno que dice 52 Hertz que es una historia muy linda de la ballena azul, tengo en las costillas uno de cuando era menor por la canción “Dig” de Incubus. No me tatúo nada que no haya sido importante para mí. No me tatuaría algo porque me parece simplemente bonito. Tengo tatuajes feos que los banco por lo que significan. Me parece que lo piola de los tatuajes es que cuenten historias y marquen un mapa personal. Todos mis tatuajes están relacionados con la muerte y el bajón.
¿Cuál fue el último?
Me tatué la palabra “énekesnő”, que significa «cantante» en húngaro, porque es lo que me gusta hacer y porque mi papá y toda su familia son húngaros. Estaba estudiando el idioma y me pareció lindo homenajearlo y llevarlo en la piel. También me hice un avión abduciendo un helado porque es un chiste interno con una amiga y corista de mi banda y, además, me hice una planta de café porque tengo una relación tóxica muy intensa con la bebida. Antes me hice uno de Tank Girl, la historieta de Jamie Hewlett. Me tatué varias veces en poco tiempo. Me hice con una amiga el símbolo de la mujer, me hice una luna, la inicial de mi perra... Me cuesta mucho ubicarlos en tiempo y espacio. Me gustaría terminar un dragón que tengo en el culo y en la pierna que está como semimuerto. Y tengo muchas ganas de plasmar mi amor por Ratatouille y la alegoría de la película en un próximo tatuaje.
¿Cuál es tu tatuaje más llamativo?
Me preguntan todo el tiempo qué dice el de 52 Hertz en la mano. Me lo hice por una historia divina que tiene que ver con la frecuencia de sonido con la que cantan las ballenas, de 52 hercios, que se dice que es el animal más solitario del mundo porque nadie puede escuchar su canto.