Existe la posibilidad de que El Diego aparezca en un billete local
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Se suele hablar del dinero que hacen los deportistas, pero no de los deportistas que se hacen dinero. O más concreto: sabemos más de los billetes que ganan los atletas, pero no de los atletas cuyas caras llegaron a los billetes. Es un club selecto. Son muy pocos y están en amplísima desventaja contra presidentes, militares, poetas, músicos, filántropos, médicos, pintores, escultores, animales y geografías.
En Argentina tenemos a políticos y animales. En Estados Unidos, los dólares muestran la cara de George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln, Alexander Hamilton, Andrew Jackson, Ulysses Grant y Benjamin Franklin, o sea, todos presidentes o padres fundadores del país. Y, en la libra esterlina, siempre está la reina Isabel II, pero se van alternando otros rostros: en algún momento estuvieron Isaac Newton, William Shakespeare, Charles Darwin y, desde 2016, Winston Churchill. En junio de 2021 se sumó el matemático y científico Alan Turing. Esa es la lógica.
No son muchos los deportistas cuyas caras llegaron a los billetes: están en amplísima desventaja contra presidentes, militares, poetas, músicos, filántropos, médicos, pintores, escultores, animales y geografías.
Las excepciones deportivas comienzan con el primer hombre que subió la montaña más alta del mundo, Edmund Hillary, de Nueva Zelanda, tan prócer en su país que los billetes de 5 dólares neozelandeses tienen su cara. Algunos consideran el montañismo una filosofía; otros un deporte. Pero Hillary se convirtió en una celebridad de Nueva Zelanda en 1953, cuando subió a donde nadie podía escalar y, desde entonces, pasó a ser una palabra sagrada en el alpinismo y en su país. No solo es rarísimo que un montañista llegue a un billete, sino que además ese homenaje haya sido mientras él vivía. Hillary murió en 2008 y estos billetes son de 1990, por lo que durante 18 años Edmund Hillary cobraba y pagaba poniendo la cara.
Esta pequeña lista de los deportistas hechos billetes sigue en el Reino Unido, pero no en Inglaterra, sino en Irlanda del Norte y en Escocia. El sistema de la libra es especial en esos dos países porque hay varios bancos habilitados a expedir moneda legal, una excepción que deriva en que algunos billetes de Escocia y de Irlanda del Norte, a veces, sean rechazados en locales comerciales de Inglaterra.
En Belfast, hay cuatro bancos que emiten moneda legal y uno de ellos, el Ulster Bank, en 2006, sacó un billete de 5 libras con la cara de George Best, el gran jugador de ese país y del Manchester United, que había muerto un año antes. Fue un billete conmemorativo, que es difícil de encontrar en Londres, pero que sigue en curso. El año anterior, en 2005, en Escocia, el Royal Bank Of Scotland había emitido un billete de 5 libras de un golfista, aunque lo extraño fue que no se trataba de un escocés, sino de un estadounidense, Jack Nicklaus, retirado ese mismo año.
En Letonia, cuando el país nació en 1991 –o cuando retomó su independencia de la Unión Soviética–, tenía que crear su moneda. Además de un teólogo, un músico, un poeta, un biólogo y un político, también eligió un ajedrecista. El homenajeado ya había muerto en 1975 y se llamaba Paul Keres, que nunca fue campeón del mundo, pero sí era reconocido como un rey sin corona de la época soviética. En verdad, Keres dejó de ser moneda en 2011, cuando Estonia aceptó el euro y dejó atrás la corona estonia, una situación similar a la que había vivido el deportista más famoso de esta lista, Paavo Nurmi, el finlandés volador, que hasta 2002 fue la cara de los 10 marcos de Finlandia.
Ya, en los últimos años, Rusia decidió antes del Mundial 2018 ilustrar su billete de 100 rublos con la estampa de Lev Yashin, un fenomenal arquero de los años 60, mientras que Fiji festejó la medalla de oro que su selección de rugby ganó en formato de seven en los Juegos Olímpicos de Río 2016 con un billete de ¡siete! dólares con la presencia de los siete jugadores. Tonga y Canadá también sumaron imágenes de sus deportes nacionales, el rugby y el hockey sobre hielo, aunque con escenas de juego callejeras y no de figuras.
Cada tanto hay quien pide que Maradona tenga este homenaje, y por internet circulan billetes apócrifos, sin recordar que en 2000, con motivo del cumpleaños 40 de quien ya era exfutbolista, se mandaron a acuñar 1.700.000 piezas fuera del curso legal, por lo que eran llamadas medallas y no monedas. El caso terminó con un gigantesco fraude al Estado. Según trascendió en las últimas semanas, el actual gobierno de Alberto Fernández estaría decidido a sumar al ídolo, fallecido en noviembre, a uno de los billetes de vigente circulación.
Tal vez sea desmoralizante para los amantes del fútbol, el tenis, el básquet y el resto de las disciplinas, pero, si la trascendencia de los ídolos deportivos se mide en función de su aparición en los billetes, queda claro que están relegados. En todo caso, el aprendizaje es que los campeones y los profesionales ganan dinero como en cualquier otro trabajo, pero lo prodigioso, el escalón superior, es convertirse en dinero. Y eso es para muy pocos.