Bakú, encantadora por un pasado agitado y un presente vibrante. El casco antiguo es un verdadero libro de historia. También ofrece actividades culturales y una gran oferta gastronómica
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Recomendado por Alejandro Poggi*
Kubinka y Sovetskaya
En el centro de la ciudad se encuentran Kubinka y lo que queda en pie de Sovetskaya, barrios casi invisibles para muchos, que han quedado congelados en el pasado y rodeados por completo de modernidad. Muchos de los edificios fueron construidos por armenios, judíos y rusos, aunque la mayoría de los vecinos eran y son azerbaiyanos. Entre sus edificios se pueden apreciar magníficas mezquitas, iglesias ortodoxas y sinagogas. Son barrios alucinantes, no solo por su belleza única, sino también por la historia que se puede ver en cada esquina, en cada habitante de estos lugares. En 2011 comenzaron a derribar complejos residenciales para dar paso a la construcción de parques y grandes avenidas. Y, a partir de 2016, parte de lo que era Kubinka y Sovetskaya se ha transformado en Winter Park (Qiş Parki, en lengua azerbaiyana), un suntuoso parque que recorre varias cuadras de la ciudad, con una majestuosa mezquita y coloridos parques y fuentes.
Qabala Restaurante
Es un restaurante de comida y ambientación típicas, con platos tradicionales y otros menos conocidos de la cocina local y de la región de Qabala (norte del país). Indudablemente es una de las mejores experiencias gastronómicas de la ciudad. La cocina azerbaiyana es variada. Y, en invierno, sobre todo, se sirven porciones muy abundantes. En general, todo comienza con una serie de verduras frescas (tomates, pepinos, cebollas, cebollas verdes, eneldo, albahaca, perejil), quesos y pan. Luego vienen las brochetas de carne (vacuna o cordero), que a menudo incluyen un trozo de grasa de cola de cordero que aquí se considera un manjar. Por supuesto que todo esto debe ir acompañado con el “samogon”, el vodka de destilación casera que se macera con frutas del lugar.
Palacio de Shirvanshahs
El casco antiguo de la ciudad de Bakú, Icheri Sheher (İçəri Şəhər, literalmente “ciudad interior”), está rodeado por una inmensa y larga muralla que esconde el Palacio de Shirvanshahs, uno de los edificios más antiguos y fascinantes de la arquitectura de Azerbaiyán. El palacio comenzó a construirse en el siglo XV y pasó por muchos eventos históricos, entre ellos la guerra entre la dinastía safávida y el Imperio otomano turco. Desafortunadamente, el palacio sufrió graves daños durante el bombardeo y la invasión de Rusia de 1723 por parte de Pedro I. Dentro del complejo también se puede apreciar la mezquita del palacio, el mausoleo de los Shirvanshahs, baños turcos y la tumba de Seyid Yəhya Bakuvi, el astrólogo de la corte.
Señales positivas
Azerbaiyán ocupa el puesto 61 en la lista de países respecto de la cantidad de casos de covid-19. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, el país se encuentra en Nivel 1 (bajo), debido a que la tasa de incidencia (casos nuevos confirmados en los últimos 28 días por cada 100.000 habitantes) es menos de 50. En ese marco, al cierre de esta nota el gobierno azerbaiyano había impuesto un régimen especial de cuarentena que permite el funcionamiento de malls y centros comerciales, tiendas, museos y salas de exposiciones, viajes interurbanos e interregionales. Además, levantó la obligación de uso de máscaras al aire libre. El porcentaje de la población completamente vacunada alcanza el 18%. Los cruces fronterizos terrestres permanecen cerrados.
*Nací en Chajarí, Entre Ríos, y hace poco más de 20 años partí de Argentina para trabajar en Houston, Estados Unidos. En 2012 tuve la oportunidad de un contrato de trabajo en Azerbaiyán. Vine por dos años, pero por esas cuestiones de la vida hace nueve que vivo en Bakú. Trabajo en la Escuela Internacional de Azerbaiyán, una escuela establecida por la British Petroleum Company, con estudiantes, profesores y personal de más de 60 nacionalidades. Les aseguro que es imposible no enamorarse de Bakú.
Producción: Alejandra Abrodos