Una misteriosa y enorme escultura de granito levantada en el sureste de los Estados Unidos
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Si quisiéramos remontarnos al primer uso registrado de la frase “teoría conspirativa”, llegaríamos hasta el año 1909. En ese entonces se trataba de una expresión neutral. Recién a mediados del siglo XX, con el episodio del ovni que cae en Roswell, el asesinato de JFK, la guerra fría o la polémica sobre la llegada a la Luna, la CIA y demás servicios secretos decidieron retomar el concepto para resignificarlo negativamente.
Con distintos niveles de verosimilitud, la mayoría de las conspiranoias contienen la idea de un grupo de notables –Illuminati, masones, elites de poder– que hace tiempo están llevando adelante un plan secreto de dominación global: el famoso “Nuevo Orden Mundial”. Y para muchos conspiranoicos, en Georgia le levantaron un monumento.
¿Cómo es eso? Resulta que al sureste de los Estados Unidos existe una misteriosa y enorme escultura de granito con instrucciones talladas en varios idiomas.
Se trata de una escultura que tiene casi seis metros de alto, pesa más de 100 toneladas y contiene un mensaje tallado que refleja un conjunto de principios en ocho idiomas.
Lo poco que se sabe es que un día de junio de 1979 un señor llamado Joe H. Fendley, presidente de una importante empresa productora de granito en la región (y, además, masón grado 32), recibió una visita de alguien que se identificó como Robert C. Christian y que decía representar a un pequeño grupo de norteamericanos deseosos de levantar un monumento en unos terrenos de por ahí cerca. Le contó a Fendley los detalles de la obra y le pidió que le presupuestara su construcción.
Cuando arreglaron el precio, Christian fue a ver al entonces presidente del Granite City Bank, el señor Martin. En persona, le explicó que, por discreción, los fondos le serían transferidos desde diferentes bancos y le expresó la necesidad de mantener en secreto ese proyecto. Y se ve que hicieron un buen arreglo porque, de paso, Martin también aceptó seguir él como representante en la gestión del proyecto de ahí en más.
A las Piedras Guía también se las conoce como “el Stonehenge norteamericano”. Se trata de una escultura que tiene casi seis metros de alto y pesa más de 100 toneladas. Tiene una losa situada en el centro, rodeada por otras cuatro y una última apoyada horizontalmente sobre las cinco anteriores. Depende de dónde te pares, podés ver la estrella polar a través de la ranura en la piedra central. Todas las partes del monumento están alineadas según criterios astronómicos.
El mensaje tallado de las losas es un conjunto de principios en ocho idiomas, uno por cada cara de las cuatro losas mayores: inglés, español, suajili, hindi, hebreo, árabe, chino antiguo y ruso. En los cantos de la piedra horizontal superior, aparece un mensaje más corto en escritura babilónica (al norte), en griego clásico (al este), en sánscrito (en el sur) y en jeroglíficos egipcios (oeste), y es: “Que estos sean los principios de una Edad de la Razón”. Dice: “Mantener a la humanidad por debajo de los 500 millones en equilibrio perpetuo con la naturaleza”. Habla de una “corte suprema de justicia mundial”, de “equilibrar derechos personales con deberes sociales”. También dice un montón de cosas sobre “unir a la humanidad”, incluso pide “guiar sabiamente a la reproducción mejorando la idoneidad”. Mensajes lo suficientemente perturbadores como para despertar la paranoia en cualquier conspiranoico.
Las iglesias locales no quieren saber nada con ese “monumento del demonio” y varias veces solicitaron a las autoridades que lo demolieran, pero, por otro lado, las piedras son conocidas ya a nivel mundial y se convirtieron en la atracción turística más importante del condado; entonces, el gobierno las deja estar. De hecho, el sheriff mandó instalar unas cámaras de seguridad para mantenerlas vigiladas.
El misterio persiste. ¿Qué hace ese monumento ahí? ¿Quién fue de verdad ese tal Christian? Me encantaría ir hasta Georgia para averiguarlo o, en su defecto, sacarme una selfie con las piedras de fondo.
*EXPERTO EN DELIRIOS. Guionista y dibujante. Desde 2012 se dedica a investigar conspiraciones para columnas radiofónicas. En 2018 estrenó su podcast Conspiranoia para principiantes, y ha recopilado un libro que lleva el mismo nombre.