Del entretenimiento a la posibilidad de ganar dinero con un videojuego.
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Hace unos años se jugaba por diversión; hoy, un juego puede ser un método de inversión a tal punto que el modelo Play to Earn (“Jugar para ganar”) se volvió una tendencia a nivel mundial. A quienes estén metidos en el universo de las criptomonedas no les llamará la atención leer sobre los títulos NFT, pero, de qué se trata específicamente este sueño adolescente de ganar dinero pasando horas frente a un videojuego. Primero, un repaso.
Habbo: el metaverso de los años 2000
Los nostálgicos recordarán este juego o sistema de red social tan novedoso que se lanzó en agosto del 2000. Habbo era una comunidad en línea enfocada a jóvenes que a través de avatares creaban salas de chat en forma de habitaciones de hoteles. Allí se conectaban con otros jugadores, organizaban fiestas virtuales, tenían mascotas y hasta podían completar desafíos jugando con otros usuarios.
La parte interesante es que la plataforma contaba con los “Habbo créditos”, una moneda virtual del juego. Este sistema de micropagos consistía en pagar con dinero real para comprar la moneda virtual y, de esa manera, adquirir trajes, personajes, accesorios y demás.
Las loot boxes
Con la revolución de internet, muchos se plantearon cómo comercializar juegos de forma digital, y así apareció el sistema de suscripción en títulos como el World of Warcraft. El problema era que la gente elegía los free to play antes que abonar una suscripción mensual, lo que llevó a los desarrolladores a pensar una nueva estrategia de mercado: las loot boxes.
Este sistema de microtransacciones se transformó no solo en un nuevo método para que los desarrolladores consiguieran beneficios, sino en una forma más de pagar por el contenido. Además, generó una economía de trueque entre los usuarios. El sistema sigue vigente en muchos de los títulos más populares del mercado: FIFA, Call of Duty, League of Legends, CSI.
Los NFT
Ahora es el turno de los videojuegos asociados a criptomonedas y activos digitales, mejor conocidos como NFT. Si bien han hecho millonarios a algunos afortunados y a otros los provee de una suerte de sueldo, la contracara es que se los tilda de especulaciones salvajes, productos de alto riesgo y que no se ajustan a las leyes convencionales que rigen los videojuegos. Y, lógicamente, como todo lo que no está regulado, se cae muchas veces en las estafas virtuales.
Actualmente, existe una gran variedad de juegos basados en blockchains que utilizan NFT (tokens no fungibles), que permiten a los jugadores ganar dinero jugando. Claramente, para ingresar tenés dos opciones: invertir o acceder mediante una beca.
Un NFT es un tipo de criptoactivo digital. Todo NFT representa algo único, desde un meme hasta un avatar en un videojuego. Están respaldados por contratos inteligentes, de manera que es posible saber si es original, y además no pueden ser robados o falsificados, ya que se asocian a una clave única mantenida dentro de una cadena de bloques de una criptomoneda.
Un juego NFT es un videojuego en donde alguna de sus partes es un token. Pueden ser personajes, armas, objetos, etcétera, y pueden existir millones. Pero cada uno está encriptado dentro de un blockchain, generalmente el de Ethereum.
Algo similar a lo que ocurría con los créditos de Habbo, los NFT se compran con la propia criptomoneda del juego: necesitás registrarte en un servicio de intercambio, pagar la comisión e invertir para conseguir tu NFT. Cuanto más popular sea el título al que accedas, más gente lo jugará y subirá el valor de su criptomoneda. De la misma manera, si un juego pierde interés o si invertiste antes del lanzamiento de la obra, perdés toda tu inversión.
Sin embargo, compañías como Ubisoft, SEGA o Epic Games ya están desarrollando juegos NFT. No faltará mucho hasta que encuentren su sitio y, como las loot boxes, terminen siendo regulados por ley.