Creado y dirigido por Lin-Manuel Miranda, En el barrio indaga en el pintoresquismo chic multiétnico
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Es necesario hacer una pequeña historia del cine musical, porque ha sufrido en las últimas tres décadas una cantidad de mutaciones notables para volver al origen: copiar a Broadway. Después de su caída en los años 80, fue rescatado por la dupla Howard Ashman-Alan Menken desde la adaptación de La tiendita del horror al cine hasta su partida hacia Disney, donde reinauguraron tanto ese género como la animación de largometrajes. A ellos se deben La sirenita, Aladdin y, sobre todo, La bella y la bestia. Parecía entonces que el cine musical solo se toleraba con dos condiciones. La primera, que fuera animado; la segunda, que fuera un poco bastante satírico. Si lo piensan, salvo las películas desaforadas del desaforado Baz Luhrmann (especialmente Moulin Rouge!), hay muy pocos musicales no animados entre 1980 y 2000.
Después hubo un reflujo: del dibujo animado a Broadway, porque Disney se dedicó al (muy, pero muy) lucrativo arte de la escena. Es probable que el crecimiento presupuestario en la arteria de los escenarios neoyorquinos, más que el hecho de que estos espectáculos empezaran a llevar niños, fuera lo que causara una nueva aceptación del asunto “vamos a cantar y bailar para resolver las escenas”. Bueno, aquí estamos: este mes se estrena En el barrio, que es la adaptación de un musical de Broadway al cine. Un musical de Lin-Manuel Miranda, tipo absolutamente en alza desde el megaéxito teatral Hamilton, que grabado con cámaras varias se volvió un éxito así mismo en Disney+ y hasta compitió como film en los Globos de Oro. Hamilton habla de racismo. En el barrio, también; o no, pero ahora vamos.
Probablemente el éxito de La La Land, que fue una cosa vieja que pasó por nueva ante la escasez de productos similares (y que debía más a Jacques Demy que a Vincente Minnelli, para entendernos), haya impulsado el asunto. Probablemente, la necesidad de espectáculos inclusivos. Algo que ya sucedió este año con Music, la historia de una chica autista que ve el mundo como fantasía musical, protagonizado por Kate Hudson.
Volviendo a lo nuestro, En el barrio es una producción enorme que debería de haberse estrenado para la pasada temporada de premios, pero, ya saben, covid. La historia gira alrededor de un barrio latino cerca de Manhattan, donde hay quien se quiere quedar, quien se quiere ir, quien la pasa mal, un par de romances que salen más o menos y el sempiterno “no hay lugar como el hogar”. Es, sobre todo, una película pintoresca e inclusiva dado el origen étnico del cast. Pero no prejuzguemos: quizás no sea la marejada de corrección política la que haya impulsado el proyecto a la pantalla grande.
Aunque, amigos, suena un poquito –cómo decirlo sin provocar malas interpretaciones– discriminatorio. Hay algo en estas historias que nos dice que cada comunidad puede vivir desagregada del resto, algo que, de cierta forma, va en contra del viejo sueño americano (que es “americano” en un sentido mucho más amplio que “estadounidense”). De todos modos, hay color y baile y ritmo, y pueden prepararse escuchando online la banda de sonido de la obra original.
El señor Miranda está en la cima de esta especie de movimiento hacia un arte popular multiétnico y que diga verdades al mundo respecto de la justicia de que todos seamos iguales en derecho. Aun cuando hay algo de celebración de algo así como la falsa humildad del gigantismo para celebrar a los pobres de espíritu (y no solamente de espíritu). No, ya no es posible filmar algo controvertido como Haz lo correcto, aquella explosión de Spike Lee que hoy merece revisarse porque no era tan simple. O quizás es posible rehacer la gran matriz de estas películas, Amor sin barreras. Ah, esperen: Steven Spielberg, alguien con una enorme inteligencia que oculta (pero declara) ambigüedades y soluciones nada fáciles en sus películas, ya liberó el tráiler de su versión del musical de Leonard Bernstein que hicieron éxito fílmico Robert Wise y Jerome Robbins. Probablemente estemos a las puertas de un nuevo fenómeno: el del pintoresquismo chic multiétnico. Puede sonar a ironía, pero quién les dice: quizás así salgan obras maestras.
MUSICALES DE TODO TIPO. En esta vena de hacer de la música el lenguaje musical de la integración, es posible ver en Netflix The Prom, que al mismo tiempo satiriza (un poco) la corrección política. En el futuro, además de En el barrio y Amor sin barreras, podrán ver Everybody’s Talking About Jamie, sobre un chico que supera el bulleo del high school como drag-queen, y Cyrano, de Joe Wright (Orgullo y prejuicio; Expiación), con Peter Dinklage y Haley Bennett.