En un desprendimiento de la serie Avengers, Scarlett Johansson se luce en una de las superproducciones demoradas por la pandemia
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Todo el cine es cine de superhéroes. Se me ocurren muchas hipótesis para que esto haya sucedido, pero necesitamos más espacio. Si no me creen, miren por ejemplo Cruella, donde se cruzan casi todos los lugares comunes del relato de origen de algún justiciero enmascarado (y, de hecho, la película es, en gran medida, sobre una literal justiciera enmascarada). Lo mismo sucede con muchas otras películas donde lo hiperbólico del espectáculo solo puede ser habitado por superhombres y supermujeres.
Dicho esto, uno de los tanques que vienen –con más de un año de retraso, pero para qué explicar lo que todos padecemos– es Viuda negra (aunque preferimos Black Widow, el nombre en inglés), que narra algo de la vida del personaje que interpreta Scarlett Johansson en la serie Avengers. Un personaje que todos sabemos que murió en Endgame, lo que le otorga a esta película un primer grado de extrañeza. El segundo grado consiste en que el elenco integra actores que no podrían imaginarse en una película de superhéroes. Digamos, por ejemplo, Rachel Weisz. La ganadora del Oscar Rachel Weisz. Guiño, guiño: la Weisz, modelo de origen, saltó a la fama siendo primero intrépida bibliotecaria y luego audaz mamá de armas tomar en esas hermosas aventuras llamadas La momia y La momia regresa. Así que algo sabe. De paso, las momias... tienen mucho que ver con la mutación a superheroísmo de todo el cine. Pero, otra vez, nos falta espacio.
¿Cuál es el atractivo supremo de Black Widow? Scarlett Johansson. No, no solo Scarlett Johansson, sino lo que Scarlett Johansson hizo con Natasha Romanoff entre 2010 (Iron Man 2) y 2019 (Endgame). En las historietas, Natasha comenzó como una villana, descendiente de los últimos zares, y asesina y espía entrenada para cualquier cosa. Un poco eso se tradujo en la pantalla: sobre todo, era sexy y peligrosa, una chica en cuero negro que sabía cómo pegar. La fantasía adolescente de la dominatrix, y bien podría haber seguido siendo eso si Johansson no le hubiera puesto el rostro. A la actriz la vimos pasar de estrella niña a estrella adulta, y descubrimos que esa voz nasal siempre a punto de quebrarse que tiene se complementa con una mirada que solo puede describirse como melancólica. Hay algo de Marilyn en ella, y dejemos de lado la belleza (después de todo, en parte es cuestión de gustos): la idea de una intérprete que construye la felicidad del espectador a partir de una tristeza sutil y profunda que combina con sus rasgos. Natasha es un poco eso: de dura superespía sexy a amiga querida de seres, cuya maldición es ser más grandes (demasiado) que la vida. Su mejor escena (y tiene muchas buenas, en acción o no) es aquella de Endgame donde comparte un sándwich con Chris Evans. Ahí descubrimos que el personaje vivió una novela completa a la que le falta cierto episodio central que termina de explicarla. Bueno, eso es –debería ser– Black Widow.
La historia transcurre antes de Thanos, después de la guerra civil, cuando los superhéroes se dividieron y pelearon entre ellos. El personaje vuelve a Rusia, donde alguna vez se convirtió en experta asesina, a saldar cuentas. Es el momento clave, se supone, en el que considera cuál es su lugar, su rol en el mundo bastante surreal y peligroso en el que tuvo que –y ahora, quizás elige– vivir. Esta película, de todas formas, tardó demasiado en llegar: Marvel (o Disney) no creía que una película sobre una mujer superhéroe pudiera dar ganancias. Pero vino Mujer maravilla y, después, esa liviandad poco enjundiosa llamada Capitana Marvel y millones de dólares justificaron el gasto. Ahora bien: se sabe que Marvel no da puntada sin hilo, que todas las películas se relacionan o aportan a un tapiz mayor, y que mucha gente quiere seguir viendo a la viuda reventando bravucones. Así que, como pasa con las historietas (donde casi nadie se muere de verdad), es probable que una buena recaudación resucite a Scarlett. Lo que es cierto es que, con la Wanda creada por Elizabeth Olsen, Black Widow es de lo más humano que dio un género que lo invade todo. Has recorrido un largo camino, muchacha.
El Marvel que viene
Con atraso por la pandemia, tras el estreno mixto (cines y Disney+) de Black Widow el 9 de julio, la firma tiene otras dos películas: primero, en agosto, Shang-Chi y la leyenda de los 10 anillos. Y, en noviembre, Eternals, el film de dioses superheroicos realizado por la ganadora del Oscar Chloé Zhao. Curiosidad: las dos últimas tendrían problemas con la censura china, mercado imprescindible para el gran blockbuster.