Cómo advertir si lo padecés y qué hacer para combatirlo
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El bruxismo es más habitual y nocivo de lo que se piensa. Afecta al 80% de la población y, muchas veces, quien lo sufre no sabe lo que tiene.
No es una enfermedad, sino una parafunción: es de carácter involuntario y no tiene sentido útil. Consiste en apretar o rechinar los dientes en cualquier momento del día, aunque son mucho más comunes los episodios nocturnos. Los orígenes de este acto reflejo son diversos: físicos, químicos, emocionales, metabólicos, trastornos oclusales, contactos prematuros dentales, y la lista seguiría.
¿Cómo podemos evitarlo? Nicolás Valverde, osteópata y kinesiólogo, explica que el mejor tratamiento es siempre la prevención y detección precoz, junto a un abordaje interdisciplinario. “El bruxismo no tratado puede resultar muy dañino. Un deterioro de la articulación temporo-mandibular constante puede concluir en dolores, mareos, zumbidos, alteraciones posturales, rupturas y/o pérdida de piezas dentales, y aparición de artrosis temprana local, entre otros males”, advierte.
No culpes a la almohada
Muchos se levantan con dolor de cabeza; creen que es la almohada y, en verdad, son grandes bruxadores nocturnos. Pero las cefaleas no son la única señal de alerta. Hay muchas más:
- Levantarse con los trapecios contracturados.
- Levantarse con el cuello duro o algo similar a una tortícolis.
- Tocarse la zona de los maseteros y sentirlos doloridos o rígidos como una piedra.
- Palpar la zona de la articulación de la mandíbula y sentir dolor.
- Sentir dolor al palpar el cráneo en la zona del temporal, por encima de las orejas.
- Sentir dolor de oídos sin presentar ningún problema en ellos.
- Sentir pitidos en los oídos y dolor de dientes.
- Notar los dientes gastados.
Frente a presencia o sospecha
Si creés que varias de estas alertas confirman tu bruxismo o estás en duda, ¡no desesperes! Hay varias cosas que pueden ayudarte a combatirlo o prevenirlo.
- Trabajo craneal osteopático: alivia el dolor y relaja tensiones.
- Actividad física para liberar endorfinas y que tu cuerpo sienta bienestar.
- Ejercicios de respiración y/o meditación.
- Mejorar la alimentación para bajar todo proceso inflamatorio o que genere estrés.
- Consultar con el odontólogo por una placa de descanso para dormir: ayuda a relajar los músculos y a cuidar los dientes.
- Automasajes de los músculos involucrados.
Bendito trigémino
El trigémino, también llamado quinto par craneal, es un nervio craneal mixto que presenta una porción sensitiva y otra motora. Se encarga de transportar la sensación que percibe el rostro al cerebro e inerva los músculos de la masticación. En su componente neurovegetativo, se encarga de la inervación de las glándulas lacrimonasales y junto con otros nervios craneales, de las estructuras internas del ojo.
La neuralgia de este nervio puede ser muy dolorosa. ¿Qué lo puede irritar? El bruxismo, entre otras cosas.
Existen diversas técnicas desde la osteopatía para abordarlo: el trabajo craneal para liberar estructuras extra o intracraneales, ejercicios musculares puntuales y, por supuesto, el trabajo de todo el cuerpo: jamás debemos olvidar que somos un todo, no una sumatoria de partes. Un punto clave, especialmente en cuadros severos, es el trabajo interdisciplinario. Podría ser una evaluación y trabajo en conjunto con el odontólogo, otorrino, medicina del estrés, osteópata, y psicólogo.
Ejercicios
Estos automasajes movilizan y relajan parte de la musculatura inervada por el nervio trigémino que, al bruxar, se contractura y provoca dolor.
- Maseteros Con los talones de las manos, o las yemas de los dedos, presionamos y recorremos el lateral de la cara desde la parte superior de los pómulos hacia abajo, en dirección a la pera.
- Temporales Realizamos sacudidas con las yemas de los dedos en las sienes, y luego presiones deslizando en distintas direcciones: longitudinales y oblicuas.
- Fascia cervical y piso de la lengua Con las yemas de los pulgares, presionar y recorrer desde la línea media del mentón siguiendo todo el reborde de la mandíbula hasta su ángulo.
- Tubo laríngeo Sostener y movilizar todo el tubo en lateralidad hasta llegar a la base de la lengua. ¡No pasa nada si se escuchan ruidos!
* Entrenadora nacional de atletismo y corredora, coordinadora del Running Team FILA. www.carolinarossi.com.ar @CarolinaRossiFilaRt
Asesoró: Equipo de osteopatía y kinesiología de @fisioscan