La marca estadounidense redobla su apuesta con el Chevrolet Cruze de producción nacional
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Habrá que tomar nota. Porque mientras todos labran el acta de defunción de los autos medianos (en especial de los que tienen baúl) en manos de la voracidad de los SUV, Chevrolet le da fuerza al Cruze. Justamente un mediano, de producción nacional, y que marcó un quiebre para la marca en 2016: el paso a vehículos tecnológicos, con diseño atractivo y motores turbo, más eficientes. Fórmula que derivó luego en el resto de la gama y que, de yapa, le permitió modernizar la fábrica que General Motors posee en Santa Fe para ponerse a la altura de los centros industriales de los países centrales.
Tras un rediseño, este año Chevrolet agrandó la gama del Cruze al incorporar una versión LTZ, intermedia entre la LT y la Premier. Versión probada, en este caso, en carrocería sedán. Entonces… ¿cómo? ¿Por qué mientras otras marcas dejan de lado sus autos medianos con baúl, para apuntar con todos sus cañones a los SUV, Chevrolet refuerza la apuesta? Quizás, la moda de los SUV tenga plazo de vencimiento y los clientes estén viendo otra vez con simpatía vehículos que por el mismo precio que un SUV ofrecen mucho más. Un paso de lo emocional a lo racional. Y el Cruze viene con la planilla en la mano: su participación en su segmento creció del 19% al 36% en el año de la pandemia.
Dinámico
A nivel estético, esta versión tiene un perfil más deportivo. Calza llantas de 17 pulgadas y mejoras aerodinámicas: esto beneficia el consumo del ya de por sí rendidor 1.4 turbo de 153 CV, al tiempo que demuestra un aplomo en el andar superior al de su inmediato antecesor. Otros retoques estéticos (no hay cambios profundos) para el frontal, con modificaciones en parrilla y paragolpes, y la incorporación de luces de led en la parte trasera.
En el interior, se mantiene el diseño del panel de buena calidad de terminación y mix de materiales blandos y rígidos, con un buen confort que ofrecen las butacas de cuero. El mayor cambio es la pantalla central de 8 pulgadas, con el MyLink de nueva generación, que incluye navegador y cámara de marcha atrás de alta resolución. A la asistencia OnStar, agrega el wifi nativo 4G, que permite conectar hasta siete dispositivos: un diferencial de la marca.
Las prestaciones con la caja automática de seis marchas son muy buenas: acelera de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos. Y es de destacar el buen funcionamiento de la transmisión, rápida y sin los letargos de otros conjuntos mecánicos. El consumo se mantiene en niveles mejores que los de sus competidores: poco más de 6 litros cada 100 km/h en ruta o autopista, mientras que en ciudad orilla los 9 litros. La dirección y el agarre también son puntos destacados.
El equipamiento es excelente desde su versión inicial, con seis airbags, ESP, Start&Stop y un sinfín de controles y tecnologías. La LTZ agrega encendido del motor por botón, reconocimiento de llave presencial, sensor de estacionamiento delantero, sensor de lluvia y encendido de faros automático con control crepuscular, computadora de a bordo con pantalla a color y espejo retrovisor plegable eléctrico. El techo solar es para la carrocería hatch de 5 puertas. La versión que sigue, la Premier, suma las asistencias a la conducción automática y al cargador inalámbrico, entre otras funciones.