Una de las mejores opciones por su relación precio-producto; la versión naftera incorpora un motor 2.0 de 170 CV.
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Con 11 generaciones a cuestas, Corolla es uno de esos modelos que logró convertirse en una marca en sí mismo. Un best seller global que en Argentina también consiguió ganarse una reputación. El Corolla, no obstante, enfrenta un desafío que impone el mercado: el de la caída de los sedanes medianos ante la voracidad de los SUV. Una salida al dilema, en una jugada no exenta de riesgos para Toyota, es expandir el prestigio del Corolla al formato estrella, el de los SUV.
Así llegó, made in Brasil, el Corolla Cross, que se posiciona entre los medianos como una de las mejores opciones precio-producto. Es que sin resignar equipamiento ni prestaciones, el nuevo Toyota no agrega al valor final un IVA ficticio por la moda del segmento, como suelen hacer otras marcas, incluso con SUV nacionales. La versión manejada es la tope de gama con motor naftero (existen también variantes híbridas).
Diseño
A nivel estético, tiene rasgos que se asemejan a la RAV4, su hermana mayor. La altura es elevada y exhibe musculatura en las puertas y en los pasarruedas, que tienen protecciones plásticas en un guiño típico off road, pese a que el Corolla Cross no ofrece opciones 4x4. Lo menos convencional es la parrilla de amplia boca, agresiva, mientras que las ópticas rasgadas con la línea led horizontal es, junto a las llantas de 18 pulgadas, de los detalles exteriores más logrados. La pelea por el cartel se da en el portón trasero: allí, la palabra “Cross” luce en grandes dimensiones, opacando a “Corolla”, que asoma como banda soporte.
Si en el exterior el parentesco con el Corolla es difuso, en el interior, al primer vistazo, la semejanza es casi total. La plancha plana y minimalista, el tablero, el volante y la pantalla son un enlace directo al sedán. La calidad y los materiales son correctos, con un mix entre plásticos duros y materiales blandos. Las butacas en cuero tienen ajustes eléctricos y resultan agradables. Las plazas traseras, con espacio de sobra, aun con una reducción de la distancia entre ejes, contra el Corolla tradicional.
Respuesta
Otro punto para destacar es que mientras la industria camina hacia motores chicos con turbo, Toyota mantiene un 2.0 aspirado de 170 caballos, con doble distribución variable por cadena. La ventaja: buena respuesta en todo momento y la sensación de que siempre “le sobra”. La contra: un consumo que en ciudad supera los 10 litros cada 100 km, aunque la caja CVT con 10 marchas programadas le da oxígeno en ruta, con un andar relajado que le permite orillar los 8 litros cada 100 km.
Tiene una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos, acorde a un vehículo familiar, y con pimienta adicional si se presiona el botón power. Las suspensiones le permiten un buen andar en ciudad, que es el hábitat natural de un modelo con tracción delantera.
El equipamiento de esta variante en seguridad es excelente: sensores de estacionamiento delanteros y traseros, siete airbags, control de estabilidad y de tracción, con el paquete Toyota Safety Sense como plus (sistema de precolisión frontal, asistente de mantenimiento de carril, luces altas automáticas y control de velocidad crucero adaptativo).