Cuando al arquitecto Alejandro Bustillo se le encomendó la construcción de este edificio fue con la premisa de hacer un monumento eterno. Así parece cumplir su función desde 1944, cuando se inauguró la primera parte sobre la ochava de Rivadavia y 25 de Mayo, en diagonal a la Casa Rosada.
Se trata de la Casa Central del Banco de la Nación Argentina –la sede bancaria más grande del país–, un mastodonte de 40 metros de altura y 100.000 metros cuadrados, que ocupan la manzana completa. La elección del terreno no fue aleatoria, sino que se pensó como parte del conjunto urbano formado por la Casa de Gobierno, el Ministerio de Economía y el ex Banco Hipotecario, que rodean la Plaza de Mayo.
La fachada del edificio está revestida en piedra traída de Balcarce, junto con una mansarda de bronce. La segunda parte, que era el terreno donde estuvo por primera vez el Teatro Colón (entre 1857 y 1888), se encaró en 1950 y estuvo terminada para 1955.
En el centro del edificio se destaca una cúpula de 50 metros de diámetro y 36 metros de altura aproximadamente. Respecto del estilo de la obra, se caracteriza como monumentalista, como las cuatro columnas corintias que marcan el acceso principal y recorren los tres niveles de la fachada.
Bustillo utilizó una mezcla de estilos con la premisa de crear un género arquitectónico que fuera nacional, basado sobre las formas clásicas y las proporciones académicas.