Muy contundente, sabrosa y con gran poder de saciedad, la sopa de queso siempre viene bien. Es altamente calórica por lo que puede servirse como plato principal y único para una comida rápida. La sopa de queso no se hace solamente con quesos, también lleva verduras, hierbas y condimentos que le dan frescura y sabor. Lo que tiene de bueno esta sopa de queso es que es super rápida y fácil de hacer. Esta versión de sopa de queso tiene champignones pero podés ponerle cebollas, en lugar de los hongos o hacer una sopa de queso bien cremosa sin nada más que un poquito de vegetales perdidos en el caldo denso del plato hondo. Para hacer esta sopa de queso tampoco necesitás una variedad especial de queso: usá la que tengas en la heladera o ese pedazo de provolone que se secó y no sabés qué hacer con él. Lo rallás y lo ponés en esta sopa de queso super sabrosa y calentita para calmar el frío invernal.
2 cucharadas de cilantro picado (puede reemplazarse con albahaca o perejil)
Sal
Pimienta
Opcional: reemplazar 1 taza de agua por 1 taza de leche
Preparación
En una cacerola de acero derretir la manteca,, echar el ajo y cocinar durante unos minutos. Verter la harina y cuando se formen burbujas agregar 1/2 taza de caldo, una vez incorporado, añadir el resto del caldo y el agua.
Este es el momento de agregarle los champiñones y un poco de sal, cocina hasta que estén suaves.
Cuando hierve se retira del fuego y echar el queso, revolver hasta que quede bien incorporado. Servir caliente. con croutons o rodajas de pan de campo.
Hay que comer la sopa de queso bien caliente porque si se enfría se empieza a endurecer la capa de arriba.
Acompañá la sopa de queso con una copa de vino blanco y sentite en Francia.