1 y 1/2 taza de granola (ideal si es casera: elaborada a partir de avena arrollada, miel y frutos secos)
2 cucharadas soperas de aceite de coco
2 cucharadas soperas de agua
300g de ananá en conserva (ideal que compres la que está reducida en azúcares versión light) En caso de que uses fruta fresca, debés hervirla en agua por 5 minutos y escurrir el líquido
14 sobres de stevia en polvo
400 g de yogur natural (ideal que sea descremado)
100 ml de leche descremada
7 g de gelatina sin sabor
2 cucharadas soperas de miel (opcional)
Preparación
Para la base
Triturar las galletas hasta formar una harina, triturar parcialmente la granola. Colocar ambos ingredientes en un bowl y verter sobre ellos el aceite y el agua. Formar un arenado algo húmedo y que con las manos si lo aprietas se compacte fácilmente. Colocar la mitad de este arenado sobre la base del molde si es de metal u otro material forrar primero la base y las paredes con papel manteca aplastar ligeramente con el lomo de una cuchara la superficie para que quede parejo. Llevar al frío (freezer) por lo menos 10 minutos.
Para el relleno
Disolver la gelatina en la leche fría, llevar 30 segundos al micro y si todavía se sienten los gránulos de gelatina otros 30 segundos siempre revolviendo cada tanto
Cortar en trocitos el ananá
Mezclar el yogur con el endulzante (stevia y miel) agregar la leche con la gelatina
Distribuir esta mezcla sobre la base del crumble ya solidificado y frio
Colocar por encima los trozos de ananá y el resto del crumble por encima de la fruta en trozos
Golpear suavemente con el lomo de una cuchara sobre la superficie del crumble para que se adhiera bien a la mezcla de abajo
Llevar al freezer por lo menos 4 horas hasta que solidifique por completo
Desmoldar bien frio con delicadeza y servir de inmediato