La ductilidad de la masa de strudel es infinita. El strudel de calabaza lo comí dulce, con la calabaza mezclada con azúcar, pasas de uva y canela. Es muy rico. En cambio, este strudel de calabaza y queso gruyere es salado y se vuelve una opción muy interesante como entrada caliente en invierno, servido con una salsa fileto o una salsa de queso suave en la base del plato. En verano, se puede servir con muchas hierbas. Preparación: 40 a 50 minutos. Cocción: 35 a 45 minutos.
Calabaza procesada o rallada en rallador de ojo chico, 1 k
Sal, pimienta, ½ cdita de nuez moscada, 1 cucharadita de azúcar
Almidón de maíz, 2 cucharadas
Queso gruyere rallado, 50 g
Aceite de oliva, cantidad necesaria
Queso gruyere rallado, 2 cucharadas
Azúcar impalpable, 2 cucharadas
Preparación
Mezclar en un bol la calabaza fresca procesada o rallada con la sal, pimienta, nuez moscada y azúcar. Incorporar el almidón de maíz, el queso rallado y mezclar. Reservar. Probar y ajustar el sabor a salado.
Estirar la masa como se explicó en la receta básica, rociarla con un poco de aceite de oliva, disponer la calabaza a lo largo del frente de la masa y armar el strudel como se explicó en el strudel de manzanas.
Volcar la última vuelta sobre una placa aceitada, pincelar el rollo con aceite, mezclar el queso con el azúcar. Espolvorear sobre el strudel y hornear a fuego mediano durante unos 40 minutos.
Para servir, cortar con cuchillo eléctrico o dentado.
Para esta receta de strudel de calabaza y queso gruyere, la calabaza se usa sin cocción porque al estar bien picada, se mezcla fácilmente con el queso gruyere.
Se puede reemplazar el queso rallado del strudel de calabaza y queso gruyere por tiritas de jamón cocido.
Este strudel de calabaza y queso gruyere es ideal para cortarlo en porciones angostas; se lo puede servir para una picada, como finger food, y acompañado de una cerveza helada.