Masa: realizar una corona con la harina; colocar en el centro los huevos y una pizca de sal. Trabajar la masa sobre la mesada hasta unir los ingredientes. Dejar reposar.
Relleno: en una cacerola, saltear las rodajas de ossobuco, retirar e incorporar las verduras cortadas hasta dorar. Agregar la carne y el vino tinto. Dejar reducir a la mitad del volumen e incorporar el caldo caliente. Cocinar a fuego bajo durante 2 horas. Retirar la carne y las verduras, dejarlas enfriar, descartar el hueso y picar todo a cuchillo hasta lograr una preparación fina. Salpimentar. Estirar la masa a 2 mm de espesor con ayuda de la máquina para pasta o un palote y armar los ravioles. Cocinarlos en agua hirviendo hasta que estén al dente.
Salsa: colocar en una cacerola el vino blanco y la crema. Dejar reducir y salpimentar. Por último, incorporar las hierbas frescas picadas.
Servir los ravioles con el fondo de cocción de la carne y la salsa de crema.