Con o sin pastalinda, ese aparatito para fabricar pastas en tu casa, esta receta de ravioles caseros es espectacular. Si te gusta amasar y el sabor de lo casero, hacer tus propios ravioles desde la masa al relleno y la salsa es un viaje de ida. Y es bastante rápido y económico, además. Tal vez no te queden todos igualitos y simétricos como los ravioles tan buenos que venden en tu fábrica de pastas del barrio pero el placer de amasar tus propias pastas no te lo quita nadie. Alguna vez en tu vida tenés que hacerlo, todo el mundo debería meter las manos en la masa, al menos para saber qué se siente. El sabor es otro, vas a ver. la pasta amasada con amor, con el sabor del huevo y el aceite de buena calidad, es incomparable. Además vos sabés qué le pones de relleno, no le vas a agregar cosas para hacer bulto. Vas a ponerle verduritas, condimentos, todo de primera. Date el gusto de hacer unas pastas rellenas caseras de primera. Estos ravioles caseros de espinaca son la excusa que estabas esperando para amasar. Arrancá con esta receta de ravioles caseros de espinaca y ricota.
Hacé una corona con la harina y volcá los huevos, el aceite y el agua. Tomá el bollo desde el centro, amasalo y dejalo reposar 1/2 hora.
Mezclá la espinaca blanqueada y picada con la ricota, el huevo, el parmesano y los condimentos.
Estirá la masa en tiras finas. Distribuí cucharadas de relleno sobre una tira, cubrí con otra y cortá ravioles con discos lisos de 5 cm. Cerrá presionando los bordes y hervilos.
Formá una pasta con la manteca pomada y la albahaca picada, calentala en una sartén e incorporá la crema. Al romper el hervor agregá los ravioles y las nueces, y sarteneá 1 minuto.
Sí, por supuesto, si no tenés espinacas ponele acelga a tus ravioles caseros, que queda riquísimo también.
No necesitás ninguna máquina especial para hacer ravioles caseros. Lo que sí te puede venir muy bien para separarlos y que te queden como los de la casa de pastas es la ruega de acero giratoria que sirve para cortar y hacer el borde de puntitas.