En el mundo existen entre 15 y 20 mil especies de hongos comestibles; entre ellas el portobello que ganó presencia en los últimos años y es de la familia del champiñón
Limpiar bien los hongos portobello lavándolos y secándolos con un repasador limpio. Quitarles los trocos y ponerlos sobre una fuente, con la parte interior hacia arriba.
En un bol mezclar el aderezo: el aceto, la miel, el ajo, la cayena y el aceite de oliva y una pizca de sal marina.
Pintar los hongos con el aderezo y dejarlos marinar durante media hora en la heladera para que se impregnen del sabor.
Transcurrido ese tiempo (puede ser más) poner en el fuego a calentar una plancha o sartén antiadherente y cuando está calientes ubicar uno por uno sin que se toquen entre sí los hongos Portobellos ya macerados.
Dorar de un lado y darlos vuelta, pincelándolos con el adobo para que no se sequen.
Retirar y servir al plato o entre panes como si fueran hamburguesas.
Los hongos portobello son semejantes a los champiñones pero más oscuros y de mayor tamaño, lo que los vuelve perfectos para hacer preparaciones donde son protagonistas. Un hongo portobello grande, de textura tierna y carnosa, hecho a la plancha puede reemplazar a una hamburguesa y hacer un exquisito sándwich vegetariano. Esta receta de portobello a la plancha sale muy bien y es fácilísima.
Tips para hacer el Portobello a la plancha
Según la cantidad que se asigne a cada comensal los hongos portobello a la plancha pueden ser un plato principal, una entrada o una guarnición.
Los portobello a la plancha quedan muy bien con trocitos de panceta ahumada salteada con ajo o con una crema de verdeo.
En lugar de aceto se puede usar vinagre de arroz, vinagre de manzana, salsa de soja o jugo de limón. Las especias picantes pueden evitarse.