Esta pizza de papa con berenjenas es todo lo que está bien. Crocante, la podés cortar en porciones triangulares o en cuadraditos para tapear. Es una receta para adoptar porque tiene todo lo rico de los vegetales, la textura mantecosa de la berenjena, la robustez de la papa. Es sutil, suave, te llena pero con muchas menos harinas que la pizza tradicional y no te cae pesada porque los vegetales equilibran el queso derretido. Tal vez te parezca injusto que la llamemos pizza y, sí, puede ser. No te lo vamos a discutir. Pero en cuanto la pruebes no te va a importar el nombre, si es una pizza de papa o un pastel de berenjenas. Es tan fácil de hacer, tan rápida y tan rica que el nombre es lo de menos. A ver cómo te sale con este paso a paso.
Disolver la levadura en agua tibia con azúcar y dejar espumar.
Formar un volcán con la harina; en el centro colocar el puré de papa, el agua con levadura, sal fina y aceite. Trabajar la preparación hasta obtener una masa lisa.
Dejar reposar en un lugar cálido hasta que el bollo duplique su volumen.
Dividir en cuatro, cubrir moldes aceitados y dejar levar nuevamente.
Procesar el tomate con el ajo, la albahaca, sal, pimienta y 4 cucharadas de aceite de oliva. Cubrir las masas y hornear hasta dorar un poco.
Cortar las berenjenas en rodajas y grillarlas de ambos lados hasta dorar.
Cubrir las pizzas y terminar con mozzarella. Gratinar.
Procesar el perejil con el queso rallado, sal, pimienta y aceite hasta conseguir la textura de un pesto.
Servir la pizza crocante con unas gotas de pesto de perejil.
Si querés hacerla más liviana eliminá la mozzarella, esta pizza de papa y berenjena no la necesita. Lo que es irremplazable es un buen oliva y un rico pesto.
Podés reemplazar la berenjena por zucchini: queda espectacular.