En un bol colocar la harina tamizada y, en el centro, la levadura desgranada con azúcar y tres cucharadas de agua.
Disolver con los dedos, tapar y dejar activar 15 minutos.
Transcurrido ese tiempo, incorporar el resto del agua, manteca y salar por afuera de la corona.
Unir los ingredientes hasta lograr una masa lisa. Tapar y dejar levar al doble del volumen inicial. Separar pequeños bollos y estirar a palote ligeramente formando rectángulos.
Tapar unos minutos con un lienzo seco para que la masa no se seque.
En una olla agregar dos cucharadas de aceite y transparentar cebolla y morrón en cubos. Agregar choclo rallado y zapallo, espolvorear con azúcar y revolver. Tapar y cocinar durante cinco minutos.
Incorporar la leche y continuar la cocción revolviendo hasta conseguir una crema densa. Apagar el fuego, salpimentar, condimentar con ají molido y pimentón.
Agregar cubitos de queso mantecoso y mezclar. Dejar enfriar. Hacer canastas con los rectángulos de masa, colocar sobre una fuente aceitada y rellenar con la humita fría.
Cocinar en horno moderado hasta que la masa esté levemente dorada y la humita gratinada.