Una receta simple llena de sabor y nutrición, la fainá es mucho más que el complemento de la pizza. Hecha con purísima harina de garbanzos, la fainá es rica y se puede comer acompañada con una ensalada de vegetales para una menú completo. También queda riquísima con queso fundido sobre la fainá, o con berenjenas, morrones, rúcula, tomate tibios sobre la fainá. Con cebolla y queso como una fugazzeta de fainá. Es tan fácil y tan rica que hay que adoptarla como un plato habitual en el menú familiar. Seguí estos pasos y disfrutá de la mejor fainá clásica casera.
En un bowl, mezclar la harina de garbanzos, la sal y agregar lentamente 800 cc de agua, cuidando que no se formen grumos.
Luego sumar el aceite de oliva y mezclar con un batidor o a mano lentamente, hasta que la mezcla quede uniforme.
Llevar a la heladera durante, mínimo, 24 horas.
Pasado ese tiempo, mezclar nuevamente y colocar una pizzera previamente calentada con aceite en el horno a unos 220°.
Cocinar una media hora, hasta que esté dorada.
Para darle una terminación diferente, se puede servir la fainá con cebolla caramelizada en la parte superior. O con tomates cherries cortados en rodajitas, condimentados con aceite, pimienta, sal y albahaca.