A la parrilla o al horno, aunque hagan mil grados de calor para esta época en nuestro hemisferio sur, el cerdo es el plato protagonista de las mesas navideñas. Y sí, qué le vamos a hacer. Lo bueno es que ya no se ven esos cerditos con la cabeza y la manzanita en la boca, al menos no tanto como antes. Y lo otro bueno, es que la tendencia healthy nos hizo tomar conciencia de que no hace falta comerse a todo el animal en una sola noche. Ahora se usa que la carne represente el 30 por ciento del plato principal y el resto llenarlo de verduras. Para ser más amigables con el planeta, aunque seamos omnívoros y además porque no hace bien taanta grasa y pasarse de gula justamente en una festividad donde se supone que estamos más espirituales. Entonces, sí al rico lechón adobado tradicional de Navidad, pero con mesura. La porción justa para disfrutar y celebrar este plato sublime. El secreto es paciencia, hacerlo despacito, despacito. Con cariño, con calma, este lechoncito adobado va a llegar a la mesa festiva a tiempo, listo para conmemorar una nueva celebración. Andá leyendo este paso a paso - ¡Atentis que son dos días para hacerlo!- y preparate para que te quede espectacular.
Lavar bien el lechón o la pierna de cerdo y secarla con repasador.
Con una cuchilla hacer un tajo en la carne para luego echar el adobo.
En un bol mezclar todos los ingredientes hasta hacer un adobo.
Pintar toda la carne cruda con la mezcla y luego llevar el cerdo cubierto con un film, a la heladera. Dejar macerar toda la noche.
En una fuente de hornear, echa un litro de caldo de carne y agregar la cebolla rallada.
Poner en la fuente con el caldo el lechón o la pierna de cerdo y hornear a 180 grados.
Dejalo controlando que no se seque el caldo, durante 3 a 4 horas (calculá media hora por cada kilo de carne).
Andá dando vuelta el cerdo y rociándolo con el fondo de cocción para que no se reseque. También podés cubrirlo con papel aluminio para mantener el jugo y que se cocine al vapor. Igualmente cada hora vas a tener que controlar que haya líquido en la fuente.
Media hora antes de sacarlo del horno agregale la salsa de soja.
Retirar, cortar como te guste y servir.
Acompañalo con el tradicional puré de manzanas o con vegetales al vapor.
Este plato de lechón al horno se puede comer en cualquier momento del año. Al día siguiente de la fiesta resulta un buen ingrediente para hacer sándwiches.