Rico, nutritivo y portentoso, el colchón de arvejas es un plato para tener en cuenta cada vez que te preguntan qué comemos hoy y vos ni te habías dado cuenta de que ya había llegado la hora del almuerzo. El colchón de arvejas sale o sale. Ni siquiera necesitás las arvejas frescas divinas que si están de temporada encontrás en la verdulería y te tentás de comprar pero decís, no, qué voy a hacer con esto. Con una simple lata de arvejas ya tenés para empezar a fabricar este suave y espumoso colchón. Unos huevos, los condimentos que tengas y a mezclar todo. Pero, pará, no te entusiasmes todavía que si lo tirás así directo a la sartén te va a salir un revuelto o, en el mejor de los casos, un omellete. La receta de colchón de arvejas tiene unos pasos que hay que seguir, facilícimos, don’t worry, non preocuparsi, no te preocupés. Seguilos tal cual como te los pasamos acá, al pie de la letra, con toditos los ingredientes y los tips para que te salga tan bueno que hasta se te van a querer tirar ahi encima a dormir la siesta. Bueno, no, mejor que lo coman.
500 g de arvejas peladas (o los porotos de 1,5 kg de chauchas)
3 cebollas
1 diente de ajo
1 puerro
6 láminas de panceta ahumada
6 huevos
Preparación
Cocinar las arvejas (o los porotos) en agua hirviendo hasta que resulten tiernas.
Rehogar en una cuchara de aceite las cebollas cortadas en láminas junto con la panceta en tiras, el puerro y el ajo picados.
Cuando la cebolla esté transparente, agregar las arvejas, calentar, bajar el fuego y salpimentar.
Con una cuchara de madera presionarlas un poco para hacer el colchón.
Colocar por encima y con cuidado los huevos, cubriendo la superficie de la sartén.
Tapar y cocinar hasta que los huevos coagulen.
Si lo querés hacer vegetariano no le agregues la panceta al colchón de arvejas. Ya vegano es más difícil porque sin huevo no te quedaría el colchón, pero es cuestión de probar e inventar. Todo sea por comer arvejas que son unas hortalizas mágicas.
Si no tenés arvejas pero tenés habas hacé un colchón de habas con los mismos ingredientes. Solo tenés que tenerlas previamente hervidas y bien ablandadas. Queda riquísimo y es un plato típico de la cocina sefaradí.