Bocaditos, buñuelos, croquetas. Llamalos como quieras pero hacelos. Son nutritivos, fáciles de comer para los más chiquitos que les gusta usar sus manitos mucho más que el tenedo. Los bocaditos de acelga son la solución para que toda la familia coma verduras y son un snack imbatible para sumar a una picada llena de salamines, quesos, aceitunas, papitas y todas cosas llenas de grasa. Los buñuelos de acelga podés hacerlos al horno o fritos. Siempre van a ser deliciosos y saludables porque ya va siendo hora de desmitificar eso de que las frituras hacen mal. Si usás un buen aceite, preferentemente de oliva, si es de primer uso -jamás lo guardes para reutilizar- y si está bien caliente al momento de poner el bollo de acelga para hacer las croquetas, el resultado será óptimo y saludable. La acelga es una hortaliza que tiene muchísimas vitaminas y minerales y es muy versátil. No a todo el mundo, menos a los chicos, les gusta comerla hervida con un chorrito de aceite y limón. Pero los bocaditos de acelga no fallan. Nadie se les resiste. La clave es comerlos recién hechos, cuando están crujientes y blandos por dentro, bien sabrosos, con los condimentos que más te gusten. Por favor si a tus chicos no les gusta la cebolla, no se la metas de prepo. Quedan perfectos con ajo, o con otras hierbas aromáticas. Con cilantro por ejemplo son un poema. Jugatela con esta receta y hacete el favor de cocinar unos buenos buñuelos de acelga para tu próxima comida.
Lavar la acelga y retirar los cabos. En una sartén incorporar unas gotas de aceite de oliva y transparentar un diente de ajo cortado en láminas, agregar el puerro en rodajitas, el hinojo y las cebollas en cubitos. Salpimentar, retirar y reservar en un bol.
En una sartén colocar la manteca y dos cucharadas de aceite de oliva, calentar a fuego bajo y agregar dos dientes de ajo enteros aplastados y las hojas de acelga cortadas a cuchillo groseramente. Salpimentar, subir el fuego y saltear durante 5 minutos. Retirar, escurrir con las manos y picar las hojas nuevamente.
Mezclar con el resto de los vegetales, el arroz, el trigo burgol (hidratado y cocido), hojas de perejil y semillas de sésamo y de calabaza picadas. Incorporar los huevos de a uno y la harina leudante tamizada. Salpimentar, retirar pequeñas porciones con una cucharada sopera y freír en abundante aceite a temperatura moderada. Retirar, escurrir sobre papel absorbente y rociar con jugo de limón.
Los cabos de acelga se pueden cocinar apanados como si fueran milanesas. Sólo hay que hervirlos previamente, pasar por huevo batido condimentado con sal, pimienta, ajo y hierbas frescas picadas, rebozar en pan rallado y freír en aceite a temperatura no muy alta.
Si querés hacer los bocaditos de acelga en el horno, ponelos sobre una bandeja bien caliente rociada con sprah antiadherente. Agregale un chorrito de oliva antes de servir los buñuelos de acelga.