Las pastas caseras frescas son ricas y super fáciles de hacer. El hecho de que no se hagan seguido no tiene que ver con la dificultad sino con las pocas ganas de ensuciar porque la verdad es que siempre que amasamos vamos a ver volar unos polvos de harina por el aire. Pero con práctica y prolijidad este sería el menor de los inconvenientes una vez que te aprendés a hacer los fideos caseros tan ricos con tres ingredientes: harina, huevo y sal. Es de verdad muy pero muy fácil hacer pasta casera, no hay secretos prácticamente. Y compensa mucho pero mucho el gran sabor de unos buenos fideos caseros. Imaginate que con esta receta básica podés hacer las pastas que más te gusten, desde spaghetti, a tagliatelle, linguine a unos anchos y bien robustos papardelle. Las famosas cintas al huevo por las que te deshacés de amor en la casa de pastas, las podés hacer con tus propias manos y en una hora. Así se hacen las pastas italianas caseras para disfrutar a piaccere.
En un bol profundo volcar la harina con la sal, integrarla con las manos y hacer un hueco en el medio.
Agregar los huevos (y el aceite) y mezclar todo con un tenedor o con el mezclador de la batidora si van a usar batidora eléctrica. Unir con las manos hasta formar un bollo parejo, que no se pegotee en los dedos y sin grumos.
Continuar amasando el bollo sobre la mesada limpia por unos diez o quince minutos hasta que lo sientan blando al tacto. Dejar levar durane media hora tapando el bol con un film o un repasador limpio.
Sacar de heladera y disponer sobre una mesada espolvoreada con harina. Con un palo de amasar aplastar el bollo y empezar a estirar la masa. Doblarla sobre sí misma y volver a pasar el palo de amasar hasta formar una plancha que quede del grosor deseado.
Cortar los fideos con la forma y el ancho deseado. Dejarlos reposar por 20 minutos hasta el momento de cocinar en agua hervida con sal.
El tiempo de cocción variará según la forma de los fideos, entre 4 a 6 minutos. Lo ideal es ir probando que queden al dente.
Colar y servir con chorro de oliva, ajo y sal o con la salsa deseada.
Podés mezclar con unos tomates secos hidratados y albahaca, agregando un poco del agua de cocción, sin necesidad de hacer una pasta muy elaborada y ya tenes unos fideos caseros exquisitos.
Acordate de ponerle bastante sal al agua de cocción y nada de aceite. Echá las pastas cuando ya rompió el punto de hervor.