El feta, el queso más famoso de Grecia, una pasta blanca, de textura suave y consistencia blanda pero firme, se usa para muchísimas preparaciones. El saganaki, es una entrada muy popular o un tentempié para cualquier momento del día. Consiste en una porción de queso feta untado con aceite de oliva, rociado con miel y cubierto con esa masa más fina que el hojaldre, conocida como masa filo. Esa típica empanada griega luego se fríe y se sirve. La chef Elena Andreu de @panagiotisgreekdeli revela el secreto de este manjar griego con queso feta frito, ideal para un aperitivo, que se sirve antes del plato principal. Riquísimo y muy fácil de hacer. En la mayoría de los restaurantes griegos, suele flambearse al momento de servirlo en la mesa, y las llamas se extinguen con un chorrito de jugo de limón fresco, mientras que el mozo y los clientes, al unísino, gritan “¡Opa! “.
Cortar 4 rodajas iguales y rectangulares de queso feta, de aproximadamente 1 centímetro de grosor.
Pincelar cada rodaja con aceite de oliva, miel y empanarlo sobre las semillas de sésamo. Luego envolver cada porción del queso en dos láminas de masa filo cada una. Para que ambas láminas se unan se deben pincelar con aceite.
En una sartén con abundante aceite de oliva caliente colocar cada uno de los paquetitos de queso feta embaduranados con aceite, mil y sésamo y envueltos en la masa filo.
Cuando la masa está dorada (1 o 2 mintuos) retirar el queso y servirlo en un plato, regado con un chorrito de limón y un chorrito de miel.
Servir el saganaki de queso feta con masa filo antes del primer plato, tibio. La costumbre es acompañar el saganaki con un licor.