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Los alcauciles cocidos se pueden servir fríos o calientes, pero son más ricos tibios. Se los puede acompañar con gajos de limón para humedecer la parte tierna de las hojas, o con un dip de manteca o mayonesa con hierbas.
¿Cómo comer el alcaucil una vez cocido? Con su alcaucil servido en el plato, retire las hojas exteriores, de a una por vez. Sumerja el extremo blanco y carnoso en el dip, jugo de limón o salsa elegida. Coloque el extremo liviano en la boca, con el lado sumergido hacia abajo, tire y raspe los dientes: sujete firmemente el otro extremo del pétalo. Colóquelo en la boca, bájelo hacia abajo y sáquelo entre los dientes para quitar una porción suave, carnosa y deliciosa del pétalo. (¿Por qué boca abajo? Tu lengua es donde están la mayoría de tus papilas gustativas, por lo que obtendrás un sabor más completo si quitas las hojas de esa manera). Deseche el pétalo restante. Continúe hasta quitar todos los pétalos. Cuando llegue a las tiernas hojas internas con las puntas violáceas, puede quitarlas todas a la vez. Sumerja y coma solo las partes de color claro de estas hojas. Así habrás llegado al corazón del alcaucil. Con un cuchillo o una cuchara, raspe y deseche la parte peluda no comestible (llamada “ahogo”) que cubre el corazón, la parte más tierna del alcaucil. Cortar el corazón en trozos y comer lo solo o con el dip.
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