Si la cheescake es una torta deliciosa por sí sola, la cheescake de dulce de leche es una bomba. El manjar preferido de los argentinos combina increíblemente bien con el queso, y no empalaga para nada. Por eso esta torta les gusta tanto a los fanáticos de las cheescake neoyorquina como a los amantes del DDL. Esta receta de torta de queso con salsa de dulce de leche es sencilla, lleva poquísimos ingredientes y el único desafío es conseguir los ingredientes de la mejor calidad para que la textura de la cheesecake te quede suave y estable. Seguí estos pasos:
Para la masa, mezclar los secos y trabajarlos con la manteca fría cortada en cubos hasta conseguir un arenado.
Tomar el bollo con la misma humedad de la manteca y dejar reposar en heladera por media hora.
Luego estirar bien fina la masa y forrar con ella un molde desmontable de bordes altos de 28 cm de diámetro.
Pincharla y cocinarla en horno precalentado moderado por 15 minutos o hasta que quede dorada. Retirar y reservar.
Para el relleno, mezclar los huevos, el dulce y el queso con batidor de alambre hasta que queden bien incorporados, agregar al final la crema de leche batida a medio punto y por último los secos.
Volcar la preparación sobre la masa precocida y volver a horno suave por 45 minutos más o hasta que quede firme el relleno.
Apagar el horno, abrir la puerta y, sin retirar el cheesecake, dejar que la torta enfríe por completo adentro.
Luego llevar a la heladera por tres horas como mínimo y desmoldar antes de servir.
La cheesecake de dulce de leche queda más presentable si se le ponen frutos secos picados: pueden ser avellanas, almendras o nueces pecan.
Es mejor usar un dulce de leche común que es más maleable que el repostero para esta cheesecake de dulce de leche.