Un poco más intenso que el caldo, menos pesado que una sopa, el consomé es el plato que tiene el equilibrio justo entre sabor y saciedad. Un consomé caliente y humeante, bien líquido y acuoso pero con mucho sabor, es fácil de preparar, aunque tiene algunos secretines que te vamos a contar. Tiene que ser bien concentrado para que tenga buen sabor. El consomé puede ser de pollo o de carne. Si lo hacemos solo de verduras sería más bien un caldo, porque el consomé tiene que tener esas pequeñas islas flotantes de grasa en su superficie, aunque sean pocas, algo de brillo tiene que tener. Este rico consomé de pollo es ideal para tomar como entrada o como plato único, esos días de congestión nasal, cuando las energías parecen flaquear frente a los rigores del invierno. Probá hacer este consomé de pollo, bien sabroso para tener siempre freezado y calentar cuando el alma y el cuerpo piden un mimo.
En una olla poner a hervir en agua fría el pollo cubierto con toda el agua y una pizca de sal.
En una sartén rehogar en el aceite de oliva los dientes de ajo, la cebolla, el puerro y la cebolla de verdeo.
Agregar el sofrito a la olla con el pollo. Lavar, pelar las zanahorias y picarlas junto con el resto de los vegetales. Agregarlos a la olla.
Dejar cocinar todo junto en olla tapada y retirar con espumadera la espuma a medida que se va generando en la superficie.
Dejar cocinando por una hora, semitapado, a fuego bajo.
Colar el consomé de pollo y servirlo bien caliente.
Si se prefiere el consomé de pollo tomarlo desgrasado se puede hacer lo siguiente. Una vez cocido, se lo deja reposar, se cuela y cuando está a temperatura ambiente se lo lleva a la heladera. Al enfriarse se habrá formado una capa de grasa sólida sobre la superficie; se la retira y desecha. El caldo restante se calienta y se sirve ya sin nada de grasa.
Acompañar el consomé de pollo con rodajas de pan casero o croutons. Si se desea se puede echar en el consomé un huevo crudo. Este se cocinará dentro del plato por el calor del caldo.