Batata, camote, boniato, chaco o papa dulce. Así se conoce a este tubérculo, una raíz que crece bajo la tierra, que no es como el hermano de la papa. Su carne amarilla o anaranjada es como más compacta y su sabor más intenso, por lo que no es tan versátil como la papa. Su sabor es, a la vez, salado y dulce, despierta no pocas discusiones y polémicas en las mesas familiares. Están los que te comen las batatas sin problema y los que enseguida se dan cuenta de que les estás dando gato por liebre cuando se les sirve puré de batata en lugar de puré de papa. Los puristas no quieren probar sabores nuevos. Pero algo que jamás se podrá hacer con una papa es esta guarnición increíble: la batata caramelizada. Dorada, brillante, dulce y tierna, la batata caramelizada es la mejor compañera de un pechito de cerdo o de un lomo a la pimienta. Esta receta de batatas caramelizadas es al horno -hay quienes las hacen fritas, también - así que no ensucia prácticamente nada de la cocina. Sin demasiada elaboración y para cocineros nivel principiante, las batatas caramelizadas son el toque dulce y gourmet para una cena especial. Así se preparan facilísimo:
Lavar y cortar las batatas (pelarlas también si no se desea servirlas con la piel). Ponerlas a hervir en una olla con agua y sal hasta que se ablanden, aproximadamente 20 minutos.
Una vez cocidas, colar y dejar escurrir. Luego colocarlas en una fuente para horno y regar con el aceito o con pedazos de manteca cortada intercalados entre los trozos de batata cortada. Agregar el jugo de naranja y espolvorear las batatas con el azúcar.
Colocar la fuente en horno a 200 grados de temperatura y calentar durante 20 minutos. Revolver para que se mezcle el caramelo que se habrá formado al derretirse el azúcar y servir.
Se puede salpimentar antes de servir o antes de poner la fuente en el horno.
Las batatas caramelizadas son ideales para acompañar carnes. También se pueden comer solas como un tentempié.
En lugar de batatas caramelizadas esta receta se puede hacer con boniatos que también son un tubérculo dulce (y de color anaranjado, por lo que muchos lo llaman “boniato zanahoria”).