En mi casa lo pronunciábamos “emyeddra”, haciendo como una inspiración antes de la “m”, bien fuerte la “ye” y super larga y fuerte la “d”. El muhadara, majadara, meyedra o muyáddra, según difieren las formas de escribirlo y la pronunciación. Se trata de un plato facilísimo de arroz con lentejas, originario de la cocina árabe. Se sirve acompañado con un sofrito de cebolla y con un yogur natural casero llamado “laban” o “labneh”. Para los sefaradíes, es un plato de la cocina diaria, algo así como una minuta, que jamás forma parte de una cena sabática ni festiva porque las lentejas son un alimento que tradicionalmente se consume en los días de duelo. Pero es tan rica y tan fácil de hacer emyedra que tenemos todo el resto del año para disfrutar de este plato super nutritivo y vegetariano (seguro que sabés que la mezcla de arroz con legumbres conforma una proteína de alta calidad pero en todo caso, consultalo con tu nutricionista). Acá va la receta para hacerla con lentejas secas, pero por supuesto, que si no hay tiempo y hay necesidad de hacer una comida rápida la emyedra se puede hacer con lentejas de lata y hasta un yogur natural directo del pote en lugar del laban casero.
Lavar bien las lentejas (no hace falta dejarlas en remojo previamente) y ponerlas a hervir en una olla con no menos de un litro de agua, sin sal.
Por otra parte, lavar el arroz, escurrirlo y reservar.
A los 15 minutos colar las lentejas y guardar el agua. Mezclar las lentejas con el arroz en la olla y cubrir con 2 tazas y media del agua de cocción de las lentejas. Agregar la sal, el comino y el baharat y reanudar la cocción de todo junto por unos 12 o 13 minutos.
Con estas proporciones, no hace falta colar, pero si quedó aguado y las lentejas y el arroz están tiernos, vas a tener que colar para quitar el agua sobrante. Si faltó, tendrás que agregar y continuar la cocción. En el emyedra ideal, el arroz y las lentejas quedan entremezclados pero separados, no secos pero tampoco deshechos ni pegoteados.
Ahora vamos a hacer la salsita de cebolla: picar las cebollas en juliana, que queden unas tiritas fina de no más de 2 cm de largo y no muy anchas. Colocarlas en una sartén con aceite y rehogar hasta que estén transparentes. Si te gustan que queden crocantes y doradas te recomiendo poner primero unas cebollas y luego otras así quedan algunas con ese color doradito y otras tiernas y blancas. Agregar la sal al final.
La meyedra ya está lista para servir en un plato con la cebollita dorada por encima. El laban se sirve aparte y cada uno lo agrega al plato a su gusto.
Preparación del laban: en una ollita poner a calentar la leche, sin necesidad de que hierva, hasta que entibie (a unos 36 grados). Añadirle el pote de yogur y revolver suavemente hasta que esté completamente mezclado sin grumos. Pasar el líquido a un frasco limpio y tapar con un repasador limpio o un film y dejarlo a temperatura ambiente por unas 6 horas.
Lo podés llevar a la heladera y usar así, agregándole sal y un chorrito de oliva, o colarlo para que quede con una consistencia más firme. Para eso necesitás una tela fina para colar (la venden en las dietéticas) o un trapo rejilla nuevo y lavado.