Abarca un radio extenso, siempre encantador en cada tramo. Allí, jóvenes y mayores buscan su refugio de acuerdo con sus presupuestos y exigencias
"Me pedís que te cuente sobre San Isidro, sobre el estilo de vida, los movimientos de los últimos años en la zona… Es difícil. Desde que nací, en 1985, siempre viví en San Isidro. Primero a un par de cuadras del CASI, después en la calle Palma y ahora sobre Paraná. Toda mi vida familiar, social, académica, laboral, se desarrolla aquí. Pero hoy me resulta complejo hablar de San Isidro en general", dice Victoria Colombo, licenciada en Publicidad, que este año decidió ir también por el título de martillero público.
Y agrega: "Es que San Isidro es un partido que incluye diferentes localidades –Martínez, Acassuso, Beccar, Boulogne– y también muy distintos paisajes. No es lo mismo el casco histórico –con la catedral de estilo neogótico, los caserones coloniales y sus calles empedradas salpicadas de tipas– que los alrededores del hipódromo, con el polo gastronómico y los viejos studs devenidos restaurantes o viviendas. No es igual el estilo de La Horqueta y el del Bajo San Isidro. Mientras a uno lo caracterizan sus grandes residencias, el otro tiene una onda más hippie chic, más náutica. Hay sauces, talleres de artistas plásticos y es el barrio elegido por muchas parejas de jóvenes profesionales. No sé, tal vez lo mejor sea hablar del San Isidro que tiene por eje Libertador, desde Martínez hasta Beccar, incluido Punta Chica… Un sector tradicional que nunca pasa de moda. Mi madre suele contar sobre cuando estaba de moda The Embers, la siguiente generación habla de John Bull y algunos más jóvenes de Perica, pero los años pasan y a la hora de vivir San Isidro todos pasan por este retazo de la avenida".
Destino elegido
Hagamos foco, centrémonos entonces en lo que sucede con el mercado inmobiliario en esa parte de San Isidro que, según nuestra entrevistada, siempre es moda. Consultado al respecto, Horacio Mieres, director de Mieres Propiedades, comenta: "A pesar del gran crecimiento que en los últimas décadas han tenido Pilar y Tigre, San Isidro sigue siendo uno de los destinos preferidos por quienes buscan formas de vida menos agitadas que las de la Capital. Es una zona muy demandada desde principios del siglo XX. Hoy hay un segmento estable que elige por su accesibilidad, cercanía a distintos centros comerciales, colegios tradicionales, clubes, buenos restaurantes".
Lo confirma Sergio Meyer, presidente de Meyer Propiedades, que habla, además, de una franja del mercado muy localista, de vecinos que al comenzar nuevas etapas en sus vidas "buscan cambiar su casa por otra con distintas comodidades sin irse del barrio". Y sigue Mieres: "Las zonas residenciales, con casas antiguas y otras que se han actualizado, son requeridas por familias que están creciendo en hijos y necesitan más espacio. También por matrimonios que han concluido la etapa de tener hijos viviendo con ellos –nido vacío– y se achican, van por propiedades con menos superficie dentro de la zona en la que siempre residieron".
Sector cotizado
En definitiva, y según los brokers entrevistados, sea el que llega desde Capital buscando aire y sol o el que se mueve dentro del mismo partido, el público comprador parece recibir bien las diferentes opciones que ofrece San Isidro y, sobre todo, las que se proponen a lo largo del eje que puede trazar Libertador. Para Meyer, el sector a que estamos haciendo referencia "se ha posicionado como el más buscado y cotizado", considerando que "el mismo incluye barrios cerrados como San Isidro Chico y el Boating, además de countries náuticos –Bahía del Sol y Marina del Sol, San Isidro Catedral, Marina Canestrari, Rincón del Arca y Punta Chica Village, entre otros–, y también nuevos edificios de departamentos y locales comerciales".
"Es así –retoma Mieres– a pesar del cepo y la incertidumbre económica; aunque hoy el mercado inmobiliario está menos activo, sobre la Avenida del Libertador se están estrenando muchas construcciones bajas, de hasta 4 pisos. Hace pocos meses se terminó un edificio de departamentos a la altura de Libertador, en Acassuso.
"Bautizado Las Tipas se edificó con materiales de gran calidad y ofrece unidades de 120 metros cuadrados de planta, 2 dormitorios en suite, 2 cocheras, bauleras, balcones y terrazas en los dúplex. ¿El valor? Desde 335.000 dólares."
Siempre hablando de departamentos, en las cercanías del centro de Martínez
Acassuso/San Isidro o Beccar, yendo de Libertador hacia el alto, según el mismo Mieres, "se pueden conseguir departamentos de 2 ambientes –55 metros cuadrados propios con cochera– entre 125/140.000 dólares, y departamentos de 3 ambientes –70 m2 y cocheras– entre 190/210.000 dólares".
Un imán en la zona norte
En lo que respecta a las casas, es Meyer el que cuenta que no se "han producido grandes cambios, pero cabe destacar que algunas residencias con terrenos importantes se han subdividido a los efectos de optimizar el rendimiento de la tierra. A pesar del particular momento que se transita en materia inmobiliaria, los precios se han incrementado, salvo este año y el anterior que se han mantenido. Dependiendo de la ubicación -vías a Libertador, Libertador al río o incluso en los barrios cerrados-, la tierra ronda entre los 350 y 650 dólares por m2. En las casas, en cambio, la brecha de valores que se maneja es bien amplia y abarca desde los 250.000 dólares hasta por encima del millón. La diferencia, se sabe, tiene que ver con ubicación, superficie del terreno, estado general, entre otras variables". Antes de finalizar, Mieres se enorgullece de un proyecto que comercializa y que considera "único en el mercado. Un exclusivo barrio cerrado con casas a estrenar, en Acassuso. Sobre un lote de 2000 m2 se construirán 4 casas con superficies entre 340 y 490 m2 de terreno y 200/220 m2 cubiertos, que se cotizan desde 490 hasta 640.000 dólares". La primera de las entrevistadas, la futura operadora inmobiliaria, Vicky, se lamenta de que ella y su novio, con el que pronto se casará, "no disponen de ese dinero. Nosotros podemos llegar a una propiedad de entre 250.000 y 300.000.dólares". Estas cifras son, como concluye Mieres, "las que habitualmente manejan las parejas jóvenes de San Isidro", un paisaje que, con sus múltiples opciones, puede cubrir las más diversas expectativas.