Las terrazas se posicionan en almuerzos, cenas y afters; los espacios que forman parte de un negocio enfocado en la experiencia y satisfacer el paladar
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La gastronomía a cielo abierto conquista adeptos tanto entre quienes huyen de los lugares cerrados como entre aquellos que simplemente gustan de comer o beber bajo el sol o las estrellas. Y las terrazas porteñas, con sus vistas y posibilidades, son las superficies elegidas tanto por los grandes del retail como por los desarrolladores más innovadores, quienes, en lugar de un local clásico en planta baja, piensan en un rooftop a la hora de diseñar un espacio gastronómico para un nuevo edificio.
Entre los ejemplos y en tiempo presente, en Alcorta Shopping se puso en marcha Arriba, su nuevo rooftop de 700 m², de los cuales 300 son descubiertos. Es un restaurante de alta gastronomía y bar, operado por BLA Food Group, con espacio para 240 personas sentadas. “Se alinea con todo aquello que pensamos para todos los shoppings de IRSA”, introduce Sergio Dattilo, gerente de Relaciones Institucionales de la empresa.
“Se trata de sumar experiencias y de permitirle a quien visite el shopping ir a comprarse algo, pasear, ir al cine y después quedarse a cenar o a tomar un trago porque la propuesta de gastronomía y coctelería es muy buena”, continúa el directivo. “De esa manera, también conseguimos e incorporamos nocturnidad”, agrega, apuntando que las remodelaciones en el Alto Palermo también incluyen una terraza que dará a Santa Fe para cumplir con los objetivos.
Más allá de la tendencia, lo cierto es que, confiesan en IRSA, Maldini en el Dot, autodefinido como un bar de playa en la ciudad, es el local que más factura en el centro comercial. “A la gente le gusta el aire libre. Es así y va más allá del Covid y de que sea invierno o verano. Además, están los sistemas de calefacción nuevos y en muchos lugares hasta ofrecen mantas para permanecer en el lugar cuando hace frío”, comparten, añadiendo que en la empresa se están pensando espacios a cielo abierto también para el Alto Avellaneda.
Para propios y extraños
Pero no son sólo las empresas responsables de las grandes superficies comerciales las que piensan en las terrazas como espacios gastronómicos. Alfredo Orfali, titular de Orwel, comercializadora de The Mark en Palermo Hollywood, apunta que esta iniciativa incluye un rooftop abierto al público, con ascensor y entrada completamente independientes de los que dispondrán los vecinos del edificio, situado en la calle Humboldt al 2300, entre Paraguay y Charcas.
Explicar el proyecto y la propuesta: “Brindará servicios tanto al que viene de afuera, que puede acceder sin tener contacto con el vecino, como aquel que viva en el edificio, que con unidades de uno y dos ambientes está pensado, sobre todo, para renta temporaria. De este modo, el habitante de The Mark contará con la posibilidad de hacer las cuatro comidas”, comenta Orfali, expresando que todavía no saben quién gerenciará el emprendimiento gastronómico.
Con un espacio cerrado y otro abierto, el rooftop de The Mark, un proyecto del estudio Mario Roberto Alvárez y Asociados, tendrá dos pisos: el noveno, con 142 m² cubiertos más 64 m² descubiertos y el décimo, con 219 m² íntegramente descubiertos, totalizando unos 423 m². El edificio también contará con un local en PB y, un detalle no menor para la zona, un parking comercial.
Ambiente y contexto
Además de aire sin viciar y vistas de la ciudad, el rooftop también puede ofrecer ambiente. ¿Cómo? Sin paredes ni cuadros, son los cielos y la zona los que consiguen el efecto deseado, de ahí que la elección de la locación para instalar la iniciativa no sea un detalle menor. Así, la historia del edificio donde esté instalado el rooftop en cuestión y su zona, juntas, pueden crear una escenografía particular. Es el caso de The Dome, en Congreso, en la que posiblemente es una de las cuadras más europeas de Buenos Aires.
“El edificio donde hoy está el hotel Tango es de 1913 y era la fábrica de máquinas de coser Singer y tiene, a su vez, un gemelo en París”, introduce Martín Ratto, su gerente general, resaltando el estilo Art Nouveau de la construcción que tiene de laderos al Palacio Barolo y al edificio de La Inmobiliaria. “En 1880 cuando se decidió la ampliación de la Avenida de Mayo lo que buscaron fue unir el Congreso con la casa Rosada, con una variedad de construcciones emblemáticas como las mencionadas u otras como el edificio La Prensa, el palacio de los Ortiz Basualdo, el hotel Chile y el pasaje Urquiza Anchorena, entre otros”, complementa.
“La terraza estaba en muy mal estado, al igual que el edificio. Lo que se hizo fue ponerla en valor”, puntualiza en relación con el rooftop. “Se llama The Dome (La Cúpula), ya que se observan las mejores de Buenos Aires. Es un ambiente muy agradable donde se hacen after, eventos y ahora estamos por lanzar un almuerzo de seis pasos. Se hizo un paseo de las cúpulas con fotos y descripciones de lo que se visualiza”, prosigue Ratto.
De acuerdo con el ejecutivo, el foco de las obras estuvo puesto en el hotel y en cómo hacerlo más lindo. Con esta meta, la terraza surgió como un espacio para los huéspedes. “Luego, cuando vimos como quedó, pusimos una barra y la abrimos al público”, completa Ratto.”Todo es muy valorado por los huéspedes y por los locales”.
En The Dome entran 200 personas. Está en un noveno piso, rodeado de cúpulas de más de 100 años y estatuas. “El lugar es único; es trasladarse a otro espacio, en plena Avenida de Mayo tiene una impronta muy europea y eso la hace distinto a todo. Sumado a buena comida con tragos de autor, hace que esté siempre lleno”, cierran en The Dome. “Por cierto, hay unos churros de papa con fondue que son únicos”, rematan, con un dato poco inmobiliario pero muy foodie.
Comodidad outdoor
Además de la iluminación, son claves los techos corredizos para el caso de lluvias, plantas y sistemas de climatización y audio para lograr una buena experiencia sensorial, el mobiliario también ha evolucionado para los espacios al aire libre. Federico Fontenla, gerente general de la empresa homónima dedicada a mobiliario de diseño, señala que actualmente cuenta con dos líneas de productos outdoor y está próximo a presentar una tercera.
“Las características para los espacios al aire libre son las telas náuticas, resistentes tanto a las lluvias como al sol”, dice en referencia a las líneas Alma, Mood y Breda, que se lanzará este verano. “Además, son estructuras livianas, de aluminio, con recubrimiento de PVC, muy modernas y de líneas muy rectas, que se adaptan muy bien a los espacios y permiten moverlas y trasladarlas fácilmente”, agrega.
Fontenla, que pone como ejemplo Osten, en Puerto Madero, afirma que otra opción son los livings, muy utilizados en las propuestas outdoor. “En cuanto a los materiales, tanto aquí como en el exterior el aluminio compite y muy bien con el ratán”.
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