Estamos entrando en el último trimestre de 2013. El mercado inmobiliario en la ciudad sigue en un estado de hibernación y casi con seguridad este contexto se mantendrá en los próximos meses. En el segmento de nuevos desarrollos residenciales parece que se afianzan los proyectos de gran magnitud a cargo de empresas desarrolladoras que con una capacidad de inversión y financiación propia pueden ofrecer facilidades para el acceso a una vivienda que no es posible ofrecer en otros de menor volumen. El acceso al crédito hipotecario como motor del mercado está muy condicionado y restringido por las altas tasas de inflación presentes en nuestra economía.
Según el registro obligatorio de nuevas obras para vivienda del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo registradas hasta septiembre del actual, y comparando los últimos cuatro años, observamos que en 2010 se registraron 1377 nuevos proyectos residenciales, en 2011 crecieron fuertemente hasta 1564, en 2012 se registra una importante caída y en el año actual el registro cae otra vez a sólo 773 nuevas encomiendas. La reducción de la cantidad de registros de nuevos desarrollos residenciales hasta septiembre comparando con 2011 fue del orden del 49,43%. Revisando los m2 a construir observamos que en 2011 se registraron 2.052.322 m2 y en el presente año hasta septiembre, 788.362 m2. La reducción fue del orden del 62%, sensiblemente mayor que lo que expresan la cantidad de registros. El mercado se moviliza por las expectativas futuras de estabilidad y crecimiento económico que se reflejan rápidamente en inversiones inmobiliarias. Hoy son de incertidumbre. Persistente inflación, valor del dólar incierto y con restricciones van en sentido contrario de las expectativas. Paradójicamente en un contexto de incertidumbre, la inversión en la construcción y compra de unidades residenciales debería ser uno de los más seguros refugios de valor en pesos, y en consecuencia deberíamos observar un fuerte crecimiento de nuevos proyectos.
La reducción de registros de más obras y la mayor reducción de la superficie a construir parece desmentir esta presunción. Todo indica que este contexto de retracción se mantendrá hasta por lo menos el primer trimestre de 2014 y se verá reflejado en el comienzo de la construcción de obras residenciales.