Relocalización. Claves y ventajas de mudarse a un parque industrial
Sinergia entre empresas, ahorro de costos y revalorización del inmueble son algunos de los beneficios que obtienen las empresas que toman la decisión de mudarse.
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Para las empresas vinculadas con la producción, instalarse en un parque industrial supone muchas más ventajas que estar radicado en medio de un tejido urbano. Sin embargo, ya sea por desconocimiento, por dificultades operativas o por algún otro factor, muchas compañías postergan o directamente descartan esa posibilidad.
Y es que el cómo, cuándo y dónde conviene hacerlo implica un análisis exhaustivo de una gran serie de variables que no todos tienen a disposición. En Newmark no solo cuentan con las mejores ubicaciones disponibles en parques industriales, sino que además ayudan a sus clientes a comprender y recorrer todo el proceso completo para que una eventual mudanza se haga sobre una base sólida. “Desde el lado de la industria, un parque industrial aporta un espacio seguro en el que confluyen los ámbitos de trabajo y producción. Las empresas pueden planificar mejor su crecimiento y desarrollarse en un espacio productivo donde no existen los límites que acotan a la actividad productiva, como los que encontramos en medio de un tejido urbano no regulado”, señala Alejandro Winokur, Socio & Director de Industria de Newmark.
Justamente, el ordenamiento territorial que aporta la legislación de parques industriales es clave para las empresas, dado que, al no estar localizadas en medio de zonas urbanas, no tienen que convivir en un ámbito que no fue creado o pensado para el desarrollo de una industria. La confluencia de industrias en un parque contribuye no solo a la mejora de la actividad productiva, sino que además constituye uno de los mejores ejemplos de construcción de sinergia entre empresas.
En cuanto a costos, instalarse en un parque industrial supone un ahorro en las partidas de servicios e infraestructuras, ya que muchos de estos ítems están incluidos, reduciéndose el presupuesto necesario a considerar a la hora de realizar un movimiento corporativo. Más allá de las ventajas operativas y presupuestarias que implica instalarse en un parque industrial, los especialistas en Real Estate aseguran que la propiedad también conserva mejor su valor. “Al tratarse de un entorno pensado y desarrollado para la actividad industrial, es más fácil vender, alquilar o ampliar el bien inmueble. Si tenemos en cuenta que el Real Estate es la segunda partida de gastos más grande de las empresas, con alrededor del 10% al 15% del gasto total, esto termina siendo muy importante”, explica Karina Longo, Gerente de Research & Valuaciones de Newmark.
Cómo elegir el mejor lugar
El proceso para radicarse en un parque industrial no es complejo, pero sí debe desarrollarse bajo un plan detallado y estratégico. A las grandes industrias que deciden encaran una mudanza o reubicación de su operación les puede insumir hasta dos años concretarla, por lo que evaluar la posibilidad de radicarse en un parque, polo o sector industrial requiere de analizar todas las posibilidades y sus costos en detalle. Desde Newmark identifican una serie de aspectos a lo largo del proceso a los que se debe dar respuesta como insumo necesario para potenciar o desechar alternativas. Esos planteos (factores críticos, análisis operativo y de fuerza de trabajo, modelo de costos y condiciones del sitio) permiten ir definiendo cuál será la mejor ubicación para la relocalización.
“¿Cómo elegir el lugar en el que una empresa debería estar? La respuesta es análisis y más análisis, lo cual no debe verse como un costo adicional para las compañías sino como todo lo contrario: descubrir las sumas que se ahorran las empresas que deciden recorrer un proceso ordenado de reubicación son muy importantes en relación con los gastos por decisiones mal tomadas o por desconocimiento”, afirma Winokur. En ese sentido, Longo agrega que el proceso va desde “un análisis profundo de la situación actual de la industria, pasando por la definición detallada de las nuevas o futuras necesidades, la evaluación de las distintas opciones de adquisición (compra, alquiler, llave en mano) y la planificación del nuevo lugar o sitio en el que podría radicarme, para finalmente entrar en la planificación definitiva y el cierre del proceso”.
Recién solo al final de todo este proceso es que se puede empezar a hablar de la operación inmobiliaria propiamente dicha, con la certeza de que la ubicación elegida como resultado del análisis será seguramente la más apropiada para la empresa.
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