Los préstamos para acceder a una vivienda han crecido en los últimos meses; las ventajas y desventajas de las opciones de la banca y los constructores; qué tener en cuenta
A favor
Pozo.La presencia del Estado y los bancos con créditos hipotecarios obligaron a mejorar las propuestas de los desarrolladores. “La principal ventaja de este tipo de financiación es que solicita mínimos requisitos previos. También brinda la posibilidad de que la ocupación de la propiedad se pueda dar sin la existencia de la escritura”, explica Edgardo Ciscar, desarrollador de Umbrales de la Merced. “El desarrollador ofrece planes para proyectos en pozo en los que el comprador solo tiene un boleto de compra venta. Tampoco exige acreditar elevados ingresos formales”, agrega Antonio Pécora, de MPC Desarrollos Inmobiliarios. Los players del mercado consideran a la personalización de los planes cómo otro punto favorable. “Si el comprador no dispone de dinero para el anticipo, pero sí de capacidad de pago se hace un plan a su medida”, ejemplifica Hernán Siwacki, socio gerente de Capital Brokers.
Créditos hipotecarios. Los cambios en las condiciones y en las tasas provocaron un crecimiento exponencial de los créditos hipotecarios otorgados durante el último trimestre. Según directivos del Banco Central se están dando 2000 créditos hipotecarios por mes, un 300 % más que en enero último. Las facilidades para acceder a ellos y el largo plazo de financiación (hasta 30 años, con intereses entre 3,5 y 4,5%) aparecen como ventajas. “Con los créditos UVA por cada millón al que se accede, se paga, prácticamente, el valor de alquiler de una propiedad”, dice Roberto Moreau, subgerente general del Banco Nación. El HSBC ofrece créditos a 20 años con una tasa combinada (primeros 10 años a una tasa fija del 15% y los restantes a tasa variable). “El crédito hipotecario va más a largo plazo. Te amplía la población que puede acceder a una vivienda”, resume Maximiliano Binner, gerente de esa entidad. La seguridad es otro de los puntos fuertes . Los bancos además ofrecen un respaldo más sólido al solicitante.
En contra
Pozo. “Si la constructora no tiene solidez y trayectoria siempre es mejor contar con una escritura como respaldo”, advierte Ciscar. “La desarrolladora puede aportar inseguridad. Si se compra un proyecto en pozo que no tiene final de obra ni escritura, se corre el riesgo de estar pagando cuotas por algo que aún no es tuyo”, agrega Pécora. Otra desventaja es que para ingresar al pozo es preciso tener un ahorro para el anticipo y los refuerzos en fechas determinadas”.
Créditos hipotecarios. Hay que tener ingresos demostrables, ya sea recibo de sueldo o estar inscripto en la AFIP como monotributista o autónomo. “La aprobación requiere de una exhaustiva burocracia. Además no prestan más de 80 por ciento del valor de la unidad. Otra de las contras es que hay restricciones en la edad y gastos indirectos que hay que contemplar. Y si no pagas un mes, apareces en el Veraz”, resalta Pecora.
Check-List
Pozo. A la hora de ingresar a un proyecto de pozo es importante hacer una investigación de las firmas que se encuentran detrás de la construcción de ese inmueble para corroborar su solidez comercial, su seriedad y su experiencia en el sector. Averiguar sobre el servicio una vez entregada la unidad. Este puede evaluarse analizando el feedback de los compradores de otros proyectos en las redes sociales de los proyectos. Es clave averiguar si el terreno fue escriturado, si los planos tienen aprobación municipal y analizar con un escribano la figura legal que se utiliza para la construcción.
Créditos hipotecarios. Revisar el contrato antes de firmarlo, nada los apura en esa instancia y una lectura profunda evita futuros inconvenientes. Tener en cuenta los gastos administrativos, de otorgamiento y los seguros de vida y de vivienda –ambos están regulados por la normativa de la Superintendencia de Sguros de la Nación y del Banco Central–. No todos los bancos tienen la misma edad tope para el otorgamiento de los créditos, el Credicoop tiene como límite los 50 años; el Banco de Córdoba lo limita a 55 años. La edad también juega en la variable del plaza del crédito.