Cómo es el nuevo emprendimiento porteño que se construirá en los cuatro kilómetros de extensión ganados a la ciudad por el levantamiento de nueve barreras con una inversión de U$S45 millones
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La obra que eliminó los pasos a nivel de algunos barrios de la ciudad de Buenos Aires generó una enorme expectativa en el mercado inmobiliario por la posibilidad de revalorización que tendrían las propiedades ubicadas en las zonas aledañas. No hay dudas de que elevar las vías del tren no sólo revitaliza el área sino que también agiliza el tránsito y genera mejor conectividad entre los barrios. Sin embargo, esa “ilusión” estaría atada al destino que se le daría a los terrenos ubicados por debajo.
LA NACION accedió al proyecto diseñado por el estudio de arquitectura BMA que se construirá en los cuatro kilómetros de tierras “ganadas” por el levantamiento de las nueve barreras y la elevación de las vías que ocupa el viaducto Mitre que atraviesa los barrios de Belgrano y Palermo, el corredor que defiende los valores de venta más altos de las propiedades. El emprendimiento comercial que evitará que los terrenos que quedaron debajo de las vía se conviertan en un nido de ratas, será desarrollado por Via Viva, la empresa que ganó la licitación que realizó la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) en 2019. Además, el proyecto que se comenzará a construir en estos días, fue aprobado por la misma AABE y también por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. “El Bajo Viaducto Mitre se convertirá en un punto neurálgico de la Ciudad, fomentará el turismo local e internacional, con propuestas culturales, que no solo incluye la comunidad china sino también de otras comunidades orientales como la coreana y japonesa”, comenta Martín Consentino, director General de la AABE.
En la propuesta, la empresa ganadora de la licitación se comprometió a invertir 58.759.672 millones de UVA, el equivalente a ese momento a US$45 millones que deberá desembolsar antes de que termine el 2023. A cambio obtendrá la explotación comercial por 30 años pero las tierras seguirán perteneciendo al Estado Nacional y el privado podrá explotarla hasta que finalice el contrato. Un dato no menor es que Sang Hak Choe y Paulo González Toledo, los dos empresarios al frente del emprendimiento se asociaron para crear a la desarrolladora que nació para emprender este proyecto. Durante la charla que mantuvieron con la LA NACION explicaron que se “tenían tanta fe porque realizaron el proyecto, la marca y los renders antes de saber los resultados de la licitación”. Igual, ambos empresarios tenían experiencia en el sector: Sang Hak Choe reparte su tiempo entre negocios de la industria textil y también los desarrollos inmobiliarios. De hecho, fue el impulsor del edificio Grand View, una torre ubicada en la intersección de avenida Rivadavia y Azcuénaga en el barrio de Balvanera, inaugurado a finales del 2017. Un proyecto que demandó una inversión de 300 millones de pesos y que cuenta con 26 pisos y un hotel de cuatro estrellas con 134 habitaciones, además de locales comerciales. González Toledo por su parte, es socio de Inarch, una desarrolladora con más de 12 años en el mercado de los emprendimientos inmobiliarios con proyectos en barrios como Balvanera, Nuñez, Saavedra y Barracas.
Espacios verdes y más
La superficie total de intervención del proyecto es de 70.000 metros cuadrados, el 60% será de uso público y el otro 40% incluirá propuestas de oficinas, espacios comerciales, gastronómicos y de entretenimiento. Es un emprendimiento con una extensión de cuatro kilómetros en pleno corredor Norte: arranca en la avenida Monroe y se extiende hasta la Dorrego en pleno Palermo y abarca la estación Lisandro de la Torre y Estación Belgrano en Barrancas de Belgrano. “Vamos a integrar el proyecto a la ciudad, es un espacio que se ganó al tren por eso buscamos que dialogue y se amalgame con cada una de las zonas que atraviesa”, comenta González Toledo. A lo que se refiere el desarrollador es que no tendrá las mismas características en la zona densamente poblada de Belgrano que en el hipódromo de Palermo. Por ejemplo, en el tramo de cuatro cuadras del barrio chino en pleno Belgrano, que será el primero en construirse, prometen replicar el concepto aspiracional que tienen los barrios chinos de ciudades como San Francisco o Nueva York. Esto quiere decir que con el proyecto buscarán ordenar y posicionar una zona que creció en forma desordenada: en los 10.000 metros cuadrados que el proyecto ocupará en ese tramo tendrá características de la cultura oriental incluso con condimentos de la japonesa y coreana con señalética y propuestas gastronómicas acordes. De hecho, se proyecta un espacio gastronómico asiático, con mucha oferta de comida al paso.
El objetivo es que quienes paseen sientan que están en una ciudad asiática incluso con la posibilidad de que quienes atiendan usen vestimenta oriental. “Es un barrio por el que transitan ocho millones de personas al año en el que antes de la pandemia lo visitaban 6000 personas cada fin de semana y buscamos que también sea atractivo para el turismo. Por eso la importancia de que se viva como una experiencia”, adelanta Sang Hak Choe y asegura que esta primera etapa del proyecto estará finalizada para mediados del año que viene. “Con este centro comercial se generarán 1200 puestos de trabajo directos y un 60% más indirectos”, se refiere al efecto derrame.
La segunda etapa será la que se extiende desde la calle La Pampa hasta Olleros que cruza los clubes del corredor Norte de la ciudad de Buenos Aires. En este tramo siguiendo con el objetivo de integrarse a la ciudad, la fisonomía será totalmente diferente: proyectan una especie de centro de exposición de autos de alta gama. Aseguran que se encuentran en conversaciones avanzadas con varias marcas premium, entre ellas Jaguar, Audi, Hyunday, Kia, Toyota y VW. Samsung y LG. también analizan instalar su mega store, además de algunas marcas de cervecerías. En esta área habrá menos locales que en la zona del barrio chino, que sumará entre 80 y 90 espacios comerciales. Es este tramo, el plan es tener cerca de 25 espacios de 400 metros cuadrados con 100 de frente y 25 de profundidad. Serán más amplios y con grandes vidrieras. Estarán pensados desde el diseño y serán flexibles.
Además, sobre la plaza Bolivia, que está ubicada en Libertador y Olleros se sumará un polo gastronómico y algunas oficinas. Incluso no descartan la instalación de un gimnasio. “Vamos a lograr darle la vida que hoy no tiene. La gente no camina sobre esa vereda de Libertador, siempre cruza y vamos a poder romper con esta dinámica”, explica González Toledo, quien adelanta que también están en conversaciones con los clubes del área (Deportes Racionales y el ex Vilas) para que habiliten ingresos peatonales y en bicicleta directos a los espacios verdes del proyecto. “Buscamos que sea atractivo para el peatón”, agrega.
El área del Hipódromo
Por último, el tramo de Olleros hasta Dorrego forma parte de la tercera etapa, será la del Hipódromo y bordea 500 metros de los bosques de Palermo. Tendrá 10.000 metros cuadrados más y 15 cuadras de longitud. Este espacio del viaducto elevado está entre la avenida Libertador y Figueroa Alcorta, entre la pista del Hipódromo y la plaza Paquistán. El proyecto contempla 40 locales con propuestas de entretenimiento y gastronomía.
En síntesis, el proyecto total tendrá 27.000 metros cuadrados de metros cubiertos y cuatro kilómetros de extensión. “Esta iniciativa es para el Estado Nacional una oportunidad más para trabajar y profundizar nuestra relación con la comunidad china en la Argentina, generando nuevos espacios para los ciudadanos que fomentan el intercambio cultural. Respecto de los otros dos sectores, entendemos que le va a dar no solo a los porteños, sino a todos los ciudadanos que ingresen en CABA, un espacio para que disfruten todos los argentinos”, explica Cosentino, de la AABE.
Los desarrolladores planean arrancar las obras por etapas, primero la del barrio chino, luego la de avenida Del Libertador y por último la del hipódromo, todas antes de fin de año, y cada una llevará 18 meses máximo de construcción. “En 2023 estimamos que el proyecto estará terminado”, adelanta González Toledo. En cuanto a la comercialización: como es una concesión, los espacios se alquilan con contratos de entre tres y 10 años de duración.
Así las cosas, los desarrolladores se ilusionan con el avance del proyecto y aseguran que “algo nuevo está naciendo en Buenos Aires”.